Narra Calum
-Dejen de meterse mano y ayudenme a elegir un regalo para Liz.
-Fóllate a su hijo.
-Eso siempre lo hago, Michael. Pero si Liz se entera me castra. Luke le ha jurado que sigue siendo virgen.
-Eso es cierto, además mi billetera queda llorando cuando sobornamos al médico para que le diga a Liz que él sigue siendo virgen, no sé por qué le manda hacer esos estudios a Luke. Y para el colmo de los colmos no soy yo quien me lo tiro cada noche, pero si el que le paga al médico.
-No me ayudas mucho, Ashton.
-Bueno regalale un carro.
-Chicos soy pobre. Aunque los puedo prostituir a los dos.
-Jódete, Calum- los dos me enseñaron sus dedos del medio.
-Piénsenlo es un buen negocio, yo me quedo con el ochenta por ciento de las ganancias y ustedes con el veinte más el sexo.
-Pendejo.
-Me decepcionas, creí que eramos amigos.
-Lo somos, pero en estos momentos no son de ayuda.
-Has herido mi heart.
-Eres un insensible y sin corazón.
-Y ustedes son las reinas del drama.
-Corrección, somos fabulosos.
-Ay Dios qué hice para merecer esto.
-Regalarme una caja de condones para mi cumpleaños- se quejó Ashton.
-No te quejes que igual lo usaste.
-Tuve que ser pasiva porque los condones eran muy grandes y digamos que Michael no es muy sensible que digamos (n/a: según, mike lo tiene más grande (๑'ڡ'๑) )
-No tenía porque saberlo.
-Te odio, Calum
-Yo los amo a los dos.
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-No tenías porque regalarme nada, hijo. Aunque me ha encantado tu regalo.
-Me alegra que te guste, Liz.
-Bueno chicos, los dejo solos, por favor Calum, quiero a Luke aquí antes de las 12.
-MAMÁ.
-Cállate, Luke.
-Y ahora que mami se fue ¿qué haremos tú y yo?
-¿Ver películas y meternos mano?
-Agh-chilló- Tú siempre pensando en sexo. Acaso crees que soy un juguete sexual o qué.
-Luke... Por favor.
-Por favor nada, ¿sabes? Tengo sentimientos, yo también.
-Y bien que sientes, ¿Mi casa o el auto?
-Son las 11 y tengo que estar aquí a las 12, así que en tu carro.
Yo me fui a mi auto mientras Luke iba por el lubricante. Al llegar a mi auto me acomodé en él asiento trasero, quitándome los skiny jeans de una vez. Tengo que aprovechar todo el tiempo que me queda.
-Bebé, no encontré el lubricante, creo que mi mamá lo tiró a la basura.- hizo un puchero.- Aunque, creo que tendrás que prepararme.- Se mordió el labio-.
-Lo que mi princesa me pida.
Le quité rápidamente sus pantalones junto con sus boxers. Lo acomodé en el puesto, quedando yo en el piso. Pude ver como su pequeña entrada se contraía tan solo teniendo mi mirada puesta en ella.
