Capítulo 33

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Abrí los ojos despacio acostumbrándome a la luz que entraba por la ventana encontrándome con Brett, parecía un ángel dormido. Después de unos minutos dejé de mirarlo y me levanté con cuidado para no depertarlo. Cogí mi móvil de la mesita y vi la hora, 7:30, tenáimos clase así que fui al baño para darme una ducha. Al pasar enfrente del espejo volví a mirarme viendo chupetones por el cuello, suspiré sonriendo y encendí la ducha. Cuando el agua estaba con la temperatura que quería me metí dentro.

No pasaron 5 minutos cuando unas manos rodearon mi cintura, me giré y vi a Brett sonriendo.

─ Te ibas a duchar y no me avisas -me dijo riendo.

Enganché mis brazos a su cuello y lo besé lentamente, mordí su labio y eso fue suficiente para que cogiese mis muslos y me apoyase en la pared. Reí entre el beso viendo su deseperación. Si señoras y señores, tuvimos un mañanero pero exquisito polvo en la ducha.

[...]

Después de ducharnos salimos de la bañera y me rodée el cuerpo con una toalla mientras que él se rodeaba la cintura con otra. Salimos del baño y salí de la habitación para ir a la mía seguida por él. Entré al closet para buscar un conjunto perfecto, había ropa nueva y cara, David me habrá comprado más ropa. Me decidí por esto:

 Me decidí por esto:

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Y unas vans blancas. Salí del closet y vi a Brett todavía en toalla, cuando me miró se levantó.

─ Te queda genial -sonreí por lo dicho-. No tengo ropa para cambiarme -se rascó la nuca nervioso.

─ Espera aquí, voy a ver si hay algo -me di la vuelta pero salté cuando me dio una nalgada, lo miré interrogante y me miró inocente, suspiré y salí de la habitación.

Bajé las escaleras cuando acabé de ver las habitaciones, no había ropa de hombre. Fui al salón y vi una caja con una nota encima de la bosla, la cogí confundida.

"Le traje ropa a tu amigo, prensentí que no iba a tener ropa para el instituto. Espero que hayas pasado buena noche, tienes un regalito de mi parte debajo de la ropa".

Tu guardaespaldas Dylan

Reí negando con la cabeza y saqué la ropa de la caja, moví unos papeles y debajo había una caja de condones. La cogí y sonreí, me di la vuelta para subir las escaleras e ir a mi habitación a entregarle ropa a Brett. Cuando llegué se la di, me miró sorprendido porque la ropa tenía pinta de ser cara, lo ignoré y fui a la mesilla para meter la caja de condones.

Me di la vuelta mientras Brett se ponía unos boxers y un pantalón que le quedaba genial, tengo que admitir. Levanté mi mirada y vi su espalda. Carcajeé haciendo que me viese confundido.

─ ¿Recuerdas que me digiste que querías ver mis garras? -asintió con la cabeza-. Pues ahí las tienes -señalé su espalda.

Se acercó a un espejo y vio su espalda viendo unos cuantos rasguños, empezó a reír y me miró viendo mi cuello.

─ Te quedan bien -hizo referencia a los chupones, le sonreí en modo diva y cuando terminó salimos de la habitación.

Bajamos a la cocina para desayunar, a todo esto ya eran las 7:59. Me acerqué a la nevera y saqué la leche para echarla en un tazón, cogí los cereales favoritos de Brett que también eran mis favoritos, David sabía eso y por eso compró los cereales.Los eché en el tazón y revolví el desayuno con una cuchara, acerqué el tazón a Brett y me miró sonriendo. Empezó a desayunar mientras yo cogía una manzana y le daba un mordisco.

A cabo de 7 minutos acabamos de desayunar cogí mi móvil y las llaves de la casa, salimos y vi a Daniel en un coche negro aparcado fuera.

─ ¿Os llevo? -preguntó sonriendo con gracia, giré mi cabeza hacia Brett y él también.

─ Claro -le respondí andando hacia el coche, abrió la puerta trasera para que pudiese pasar, le agradecí con la mirada y entré poniéndome el cinto. Brett se sentó a mi lado y Daniel comenzó a conducir hacia el instituto.

[...]

Llegaba un poco tarde, pero me las apañaría. Daniel aparcó el coche fuera del instituto y me desabroché el cinto.

─ Gracias Daniel -me dio una sonrisa-. Lleva a Brett donde te diga -asintió con la cabeza y me despedí de Brett con un beso.

Salí del coche y esperé a que se fueran, cuando no los vi me di la vuelta y sonreí, estaba de buen humor. Entré en el instituto, no había nadie por los pasillos, a lo mejor podría escaquearme de las clases hasta luego. Ante la idea fui a las gradas, esperaría hasta que tocase el timbre.

[...]

Me levanté cuando tocó el timbre, bajé de las gradas y fui al gimnasio, Liam y Mason estaban allí así que no tendría problema.

─ Hola chicos -saludé llegando.

─ Hola Briana -me saludó Mason-. ¿Noche movida? -preguntó viendo los chupones de mi cuello alzando una ceja, reí en respuesta.

─ No me saludes eh Liam -lo miré.

─ Hola Briana -ni siquiera me miró y había olor a molestia y a celos.

─ Eso es mucho peso -le dijo Mason a Liam viendo como ponía más peso en la pesa.

─ Intento prepararme para el partido -le respondió tumbándose.

─ ¿Necesitas ayuda? -le volvió a preguntar el moreno.

─ No -respondió Liam sentándose-. ¿Y tú? -le preguntó a Mason viendo sus mini pesas, reí ante eso con gracia.

─ Estoy calentando...-le dijo confundido Mason-..., idiota -dejó las mini pesas en su sitio.

─ Espera, ¿qué estás haciendo? -le preguntó Liam al ver que se disponía a ayudarlo, me crucé de brazos y los miré, estaba atenta por si pasaba algo.

─ Ayudándote -lo miró.

─ He dicho que no lo necesito -le replicó Liam.

─ ¿Estás de broma? Son casi 140 kilos -intentó hacerlo entrar en razón Mason-. Vas a matarte -abrió los ojos mientras hablaba.

Liam lo miró y se tumbó cogiendo la pesa, la bajó y la levantó. Volvió a sentarse y miró a Mason.

─ ¿Crees que necesito ayuda? -le preguntó en un tono para nada agradable, Mason negó con la cabeza y se fue enfadado, miré a Liam con deproche.

─ Pareces idiota Liam -me acerqué enfadada-. Si no sabes manejar tu ira no lo pagues con los demás -mis ojos estaban llenos de rabia, negué con la cabeza y fui a buscar a Mason que estaba parado a unos metros.

─ Mason -lo llamé haciendo que se girase hacia mí-. No te lo tomes como algo personal, Liam está teniendo algunos problemas.

─ Sí, bastante gordos serán -me dijo mirando al suelo triste.

─ Cuando se le pase te hablará normal -le di un abrazo.

De repente escuché quejidos de Liam y sentí que no podía respirar, me separé rápido de Mason y corrí de vuelta al gimnasio. Vi a Liam intentando subir la pesa pero no podía así que me acerqué y agarré el hierro de la pesa haciendo fuerza para engancharla. Una vez que Liam estaba a salvo me di la vuelta viendo a mi hermano y a Mason mirando preocupados a Liam.

─ ¿Liam? -lo llamó Mason cuando se agarró el pecho y comenzó a toser.

─ Estoy bien -le contestó el rubio en el suelo.

─ Si no quieres estar con nosotros, vale -empezó a decirle Scott, que había llegado justo unos segundos después que yo.

─ Pero no alejes a tus amigos -terminé la frase cruzándome de brazos.

𝚆𝚒𝚕𝚍 (𝚃𝚎𝚎𝚗 𝚆𝚘𝚕𝚏)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora