21.- Mis ojos, mi boca y todo lo mío te pertenece

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Quiren estaba en serios problemas había perdido a su osito en el campus de la universidad, no debió haber permitido que sus alumnos lo convencieran de dejarles cuidar a su híbrido, mientras el atendía un problema que había surgido en la facultad de artes. Ahora estaban sus alumnos ahí sin el osito, sin ningúna pista de donde pudiera estar.

Jingyi estaba entrando en su cuarto mes de embarazo, sentía mucho cansancio no sabía aún cuántas crías cargaba, pero a él le parecía que tenía adentro todo un ejército de osos, hizo muchos amigos en la universidad de su amo, le llevaban golosinas , regalitos, en ocasiones jugaba con ellos, cuando Quiren se sentaba en el pasto del campus y ellos llegaban a saludarlo.

Pero ahora estaba en un sitio que no conocía, nunca había estado en ese lugar, había muchos olores deliciosos, personas que se le acercaban con la intensión de acariciarlo, pero el no los reconocía por lo tanto se alejaba cada ves, más de donde el había estado jugando con sus amiguitos, los cuales perdió de vista.

En la oficina de Quiren estaban organizando la brigada de búsqueda para encontrar a su jingyi, ya estaban por salir cuando un profesor entro de manera intempestiva, decano creo que ya sabemos dónde podría estar aseveró el profesor de historia, más rápido de lo que nunca se había movido jamas, corrió detrás de su compañero de trabajo para averiguar dónde estaba su híbrido.

En la casa de los Nie, todos estaban ocupados con los cachorros, Sang , Mei, el Nie mayor y Yao, se turnaban para alimentar a los bebés, eran tan dormilones que cada que les tocaba su leche debían despertarlos, para que no se les pasará el horario de su comida. Mingjue regreso a la empresa a trabajar después de casi dos meses de no hacerlo pues después del accidente de su mascota, dejo a sus subordinados la responsabilidad de la empresa y se dedico a cuidar a su esposo.

 Mingjue regreso a la empresa a trabajar después de casi dos meses de no hacerlo pues después del accidente de su mascota, dejo a sus subordinados la responsabilidad de la empresa y se dedico a cuidar a su esposo

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Los conejitos por otro lado ya estaban más despiertos mamá conejo brincaba al corral dónde los alimentaba y ellos la devoraban desde que olían el tierno olor a leche y miel que el desprendía de sus tetillas. Salía del corral, mordisquiado , babeado y en ocasiones hasta mañoseando ya que con el afán de los bebés de encontrar otra chichita, disponible encontraban otro acceso del que no salía leche, al menos no la que sus bebés necesitaban.

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