3. Reaparición

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 La misma pesadilla de siempre me despertó, a las 7 de la mañana, la hora más temprana a la que había despertado por mí misma en meses. Aproveché para darme una ducha y tranquilizarme un poco. Estaba muy nerviosa. Después de todo, hacía tanto tiempo que decidí desaparecer y ahora de la noche a la mañana regresaba.

Terminé de cepillar mi cabello, peinarlo y arreglarme. Quería que la gente al verme recordara por qué era tan popular. Opté por vestirme con una falda corta de mezclilla ajustada, al igual que una blusa negra, botas con tacón, mi collar dorado de mariposa y aretes a juego, y un poco de mi perfume favorito. Cuando me disponía a bajar las escaleras, noté su chamarra colgada en mi closet. Aún tenía rastros de su olor por lo que decidí ponérmela y que me diera un poco más de seguridad, como si Billy estuviera a mi lado.

Tomé un pedazo del pan de arándanos y salí en silencio. No me estaba escondiendo, pero tampoco estaba preparada para otra discusión y ceder a no ir. 

Conduje hasta el estacionamiento de la secundaria Hawkins, llegando justo a tiempo. Bajé del auto de manera tan segura y gloriosa, levantando mis lentes y devolviendo la sonrisa a algunos jugadores nuevos del equipo de básquetbol que me miraban. Tenía que fingir seguridad a pesar de poder alcanzar a oír los susurros que me estrujaban el corazón acerca de como dejé el pueblo, la muerte de mi novio y el funeral de mi papá.

Caminé por los pasillos como si volvieran a ser míos, como si él caminara a mi lado de nuevo, imponiendo como siempre simplemente con su presencia pero esta vez estaba sola y tenía que fingir que no quería regresar llorando a mi casa, que estaba abrumada por tantos recuerdos que se me venían a la cabeza y que los comentarios me afectaban, pero al final fake it until you make it, no?

Después de arreglar mis papeles con el Director y recibir un poco de lástima por ahora ser huérfana, se me permitió cursar los últimos meses en la escuela. Podía empezar desde hoy o esperar el regreso de las vacaciones de primavera a lo que decidí quedarme y así poder encontrarme con mis amigos

Me dirigí al comedor e intentar hacer una pequeña entrada, que si bien me aterraba un poco debo de admitir que me gusta ser el centro de atención.
Y dicho y hecho, desde el instante en el que pisé la cafetería, gente con la que me solía juntar se acercó muy emocionada a querer saber de mi y ponerme al tanto, nos sentamos en la mesa de los basquetbolistas.

No podía dejar de escuchar los susurros de la gente mientras avanzábamos, como se preguntaban entre ellos por lo que había sucedido y como demostraban una odiosa lástima, me sofocaba tener que actuar como si todo estuviera bien, como si pudiera manejar todo esto y más ahora con.... 

- Jason ella es _______ solía estudiar aquí antes de lo de starcut, pero ahora regresó para quedarse, ¿cierto?. - preguntó muy entusiasmada mi amiga  sacándome de mis pensamientos a la vez que el jugador tomaba mi mano en un gesto de saludo.

Comenzaron a platicar un poco de todo, de los partidos, de las vacaciones proximas, mientras yo a lo lejos observaba lo de siempre, las mismas mesas separadas, los mismos clubs, hasta que mi mirada se centró en ese grupo donde podía distinguir a Mike y a Dustin de espaldas cuando un loco comezó a caminar encima de la mesa, un loco con buen cabello si me lo preguntan pero su actitud, era como si no le interesara la opinión de nadie, no tenía que fingir.
Mis ojos no podían despegarse de él, aguanté lo más que pude la risa hasta que se le plantó a Jason en frente y le hizo la cara más graciosa que había presenciado en meses, mi risa se escuchó más de lo que me hubiese gustado por lo que ese chico  y yo cruzamos miradas.

- ¿Pero qué tienes aquí querido Jason, una nueva víctima para tu club de admiradoras o sólo una niña mimada más? - dijo en voz alta el chico que ahora me pareció tan molesto

Entre sombras y memoriasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora