Un año desastroso

Capitulo 7: Bombardeo de amor

Quiero contar de la manera más tierna y adorable posible esta etapa. Porque es así como la viví aunque luego me diera cuenta de que era una mentira terriblemente orquestada.
Pero no les voy a spoilear esto tan rápido.

Déjenme presentarles a Romeo. 

Mi brillante y romántico Romeo. 

Mi confundido e inestable Romeo.

En una de esas escapadas me beso como si no hubiera nadie más en el mundo. Me sentía inmortal y amada en sus brazos. Me sentía deseada y querida junto a él. Nuestro primer beso fue en su casa. Estaba  tocando el borde de mi pantalón sobre la mesa de su sala cuando entraron sus padres. Unos señores amigables a los que fui presentada como su amiga de la universidad.
Creo que debí entender en ese momento que Romeo no quería nada oficial realmente.
Pero el amor y unos cuantos besos suelen nublar el buen juicio de la gente aun cuando se creen muy inteligentes. 

Lo que siguió a eso fue la mejor pantomima de los amigos enamorados de la historia.
Nunca me habían besado y tocado tantas veces y al mismo tiempo dado tantas excusas y vueltas para iniciar un relación en mi vida. Yo estaba acostumbrada a recibir una propuesta antes de que todas estas cosas pasaran. Aunque, en esta ocasión la pregunta no llegaba y las situaciones cariñosas evolucionaban diariamente.

Todo esto lo hacia Romeo con una sonrisa picara en el rostro que contrastaba con su imagen perfecta de primer puesto amigable que brindaba a todos en la universidad.
Aunque quisiera ninguno pensaría que llevábamos clases con la misma persona apasionada que me llevaba a escondidas a los salones vacíos de la universidad.
Lo nuestro era diferente. Besos apasionados, me recogía a mis clases, comidas juntos, salidas al cine, visitar lugares, hacerlo en el estacionamiento de la universidad, en el ultimo piso del sótano de un mall. Pasaba días en su casa con la excusa de que teníamos trabajos que hacer pero solo usábamos cada mueble de su cuarto y de su sala cuando no estaban sus padres para descargar nuestras pasiones veinteañeras. Era insaciable e inesperado todo al mismo tiempo. Logro hacerme sentir algo que no había sentido antes con ninguna de mis parejas siendo nada oficialmente.
Podía ser mas cariñoso, más comprensivo, escucharme con atención y preocuparse por mi bienestar integral. En el ámbito emocional, sexual y educativo podía estar satisfecha plenamente. Romeo estaba en todo impactando diariamente en mi vida de manera positiva y amorosa. 

Siendo mi mejor amigo se portaba como el mejor de mis enamorados.

Siempre me dejaba en claro que esta extraña relación que teníamos era una amistad aunque de un tipo especial porque éramos activos sexualmente.
Dejando en claro de que era monógamo y fiel a mi.  Todo esto mientras ponía mil excusas para ser mi enamorado porque desde luego esta era la versión beta de su amor. La versión que seguía era reservada e inalcanzable para mi.
Algo que solo hizo que me obsesionara por descubrir esa versión con todas mis fuerzas.

Bienvenidos señores al bombardeo de amor. Una técnica milenaria de un narcisista que hace que su victima se emocione con cada demostración de amor, exagerada y perfecta que probablemente nunca vuelva a pasar en la misma dimensión nunca más durante toda su relación.
La victima solo seguirá ahí mendigando el poco amor que le da luego del bombardeo y esperando que todo vuelva al punto inicial con ilusión. 
Que terrible mentira acecha oculta en los ojos oscuros y vacios de Romeo.