•° 𝐴𝑛 𝑂𝑏𝑠𝑐𝑒𝑒𝑑𝑒𝑑 𝑙𝑜𝑣𝑒 - 𝐵𝑎𝑗𝑖𝑓𝑢𝑦𝑢 °•

VI

Pequeño Recuerdo°•

Chifuyu se encontraba recostado en la ventana de su habitacion, con su codos apoyados en ella y sus manos sosteniendo su cabeza, contemplaba como el personal ordenaba y limpiaba el jardin. Pequeños grupos de personas realizaban distintos tipos de trabajos, desde regar agua para las flores y plantas pequeñas a darle una bonita forma a los arbustos mas grandes.

Cada vez que pasaba por la ventana se acercaba y miraba el bello paisaje que tenía,la admiraba tanto que se perdía en la hermosura que emanaba, a lo lejos contemplo un pequeño campo de flores y a su costado un gran arbol con un bonito columpio de madera. No lo vio antes.

No sabia el porque, pero estaba seguro que ya habia estado alli, hace mucho tiempo tal vez, no estaba muy seguro, con su mirada perdida en el campo de flores, su mente comenzo a mostrar pequeñas imagenes.

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Un pequeño niño rubio de tan solo seis años corria con todas su fuerzas escapando de una persona aun mayor que el. Volteo a verlo emocionado y... alegre? Intento reconocerlo pero el otro niño que lo perseguia tenia su rostro borroso.

Aun asi el mas menor de los dos disfrutaba que el otro intentara atraparlo y siguio corriendo.

Paro en seco al darse cuenta en el lugar en el que estaba, sus ojos se iluminaron al estar rodeado de hermosos lirios horientales y espuelas de caballeros, estar rodeado de la naturaleza le transmitio una agradable sensacion de bienestar.

Lo hizo sentir libre.

A pesar de su corta edad ya tenia ese tipo de sentimiento, el cual mejoro cuando el viento choco en su rostro, moviendo al compaz sus dorados cabellos. El mayor aumento la velocidad y tomo ventaja del menor al quedarse quieto, se adentro en silencio al campo para que Chifuyu no lo escuchara.

- Te atrape!!- grito saltando encima de Chifuyu, cayendo ambos en las flores.

- Eso no es justo, me distraje.- protesto haciendo un puchero, había olvidado que estaban jugando a las atrapadas - Tengo que hacerlo?

- Si, prometiste hacerlo.- sonrió ante la tierna imagen que el menor le daba.

- Hum, esta bien.- se acerco al rostro del mayor y dejo en su mejilla un inocente beso.- Listo, ahora quítate me estas dejando sin aire.

- Me quito si me das otro, aquí.- dijo señalando a sus labios, estaba decidido a que no se quitaría si no se lo daba.

- No! Solo dijiste uno.- intentaba quitárselo de encima pero su cuerpo era muy débil y con el mayor haciendo más presión contra el para que no escapara se le hizo imposible, dio un largo suspiro, terminó aceptando con sus mejillas sonrojadas y su corazón latiendo a mil por hora.

No tenía problema con darle besos en la mejilla, pero lo que pedía ya era algo extremo.

Segun lo explicado por sus padres.

Tenía entendido que ese tipo de besos se los tenias que dar a la persona que sea especial, aquella con la que vas a pasar el resto de tu vida, aunque apreciaba al mayor, no lo consideraba esa persona "especial", no podía hacer eso.

También dicho por sus padres, solo los adultos y jovenes lo podían hacer, el era adorado por su familia por ser obediente y tranquilo.

No podia desobedecerlo.
Pero se estaba quedando sin aire y no le quedó más remedio que darle un corto beso.

El azabache dio un respingo al sentir los labios del menor contra los suyos, sus mejillas ardían, los bellos se le erizaban y sus piernas le temblaban, en su pecho un sentimiento de paz y felicidad aparecía, le encantaba esa sensación pero fue acabo cuando el menor apartaba su mirada.

- Ya lo hize, apártate por favor.

- S-si claro, lo siento.

El mayor se quito de encima de él y extendió su mano para ayudarlo a levantase, acepto gustoso olvidando lo sucedido, el mayor no soltó su mano, ambos se quedaron en un profundo silencio.

Sabia que desde ya hace un tiempo su amigo se comportaba de manera extraña con el, cuando estaba con uno de sus amigos el mayor llegaba y los aullentaba, para luego decirle que el único amigo que necesitaba era el y solo el, todo el tiempo se la pasaba apegado a el como un chicle en su zapato y aunque sonaba cruel, era molesto, con el pasar del tiempo se fue acostumbrando.

Desvío su mirada que la llevó a un pequeño columpio de madera.

- Woah!! No me dijiste que tenias un columpio!!- corrió apartando su mano, cosa que molesto al mayor, pero no dijo nada y fue tras el.

- Antes jugaba con el, pero no es divertido si juegas solo.- dijo observando las sogas en el que estaba colgado el juego.

- Me puedo subir?- dijo emocionado.

- Creo que no, hace tiempo que no lo he usado, la madera tal vez ya esté pudriéndose.- Chifuyu se subió de todas formas ignorando a su amigo- Hey, dije que no!

- Vamos no creo que este tan dañado - se balanceo un poco comprobando de que no esté nada - Vez? Te lo dije.

El pelinegro soltó un bufido.

- Me puedes empujar? Quiero ir más alto.- sus pequeñas piernas no podían darle el impulso para poder jugar como quería.

- Estas seguro? Te podrías caer y no me gustaría verte llorar.- se posiciono detrás del rubio, sosteniendo las sogas que estaban unidas a lo que se consideraba asiento.

- No me pasara nada, porque me cuidaras.- volteo a verlo, los rayos del sol atravesaban en las hojas del árbol y llegaban a sus dorados cabellos que brillaron aún más, resaltando el hermoso color de sus ojos.- Verdad?

El mayor se quedó perplejo a tan hermosa imagen que tenía, asintió con timides y empezó a empujarlo con cuidado, sus instintos estaban al tope, quería evitar que el pequeño cayera aún así no ocurrió nada para que el menor saliera lastimado, cuando escucho sus risas se relajo totalmente, y siguio empujando.

La tarde concluyó entre las ruidosas risas de los pequeños que jugaban bajo el manto de un hermoso atardecer.