CAPÍTULO 1

153 5 0
                                    

Estaba en la terraza del bar de siempre esperando a mi mejor amigo para tomar un café. Solo llevaba 5 minutos esperando a que llegara, pero conociendole, se que aún le quedarían 10 minutos en llegar. El dueño del bar salió y se sentó a mi lado. Un buen hombre, buen amigo y por así decirlo...mi maestro.

MATEO: ¿Vas este domingo al almuerzo y entrenamiento?

T/N: ¿Alguna vez he faltado?

MATEO: Solo era para confirmar, ya lo sabes. Además, tengo una sorpresa

T/N: Mejor no pregunto, siempre tan misterioso y luego será otra de tus tontas ideas - me reí

HUGO: ¿De que habláis? - dijo mi mejor amigo dándome un abrazo

MATEO: El domingo entrenamiento, no faltes

HUGO: ¿Va en serio?

MATEO: Sí. Y no acepto un no por respuesta. Y no me vengas con excusas porque ya no cuela. El Domingo a las 10 de la mañana en mi casa - dicho aquello entró al bar de nuevo para preparar los cafés

T/N: Dice que tiene una sorpresa

HUGO: Si, que nos hará correr más rápido o nos hará hacer más ejercicios de resistencia. ¿Un Domingo? se a vuelto loco

No pude evitar reirme. A Hugo no le gustaba nada madrugar, y menos aún los domingos.

T/N: ¿Si no te gusta, por qué te apuntaste?

HUGO: Porque es más barato que ir al gimnasio. Y aunque me queje, estoy notando los resultados - dijo sacando músculo

T/N: ¿Si, donde? - le agarré un michelín

HUGO: ¡Oye! - me apartó la mano - esa parte todavía está por entrenar

T/N: Llevas un año apuntado, va siendo hora que espabiles.

HUGO: Te lo tomas todo demasiado en serio. Y no me compares contigo porque te veo venir. Llevas 13 años en esto... sin contar que bueno... recibiste otra clase de entrenamiento. Ni se le acerca a lo que Mateo nos enseña. Así que dame tiempo

T/N: Tienes todo el tiempo del mundo - me crucé de brazos y le sonreí - pero ya estas empezando a tener una edad...

HUGO: ¿Me estás llamando viejo?

T/N: Nooo, no se me ocurriría - Solté con ironía

Me dejé agarrar con su brazo por el cuello mientras me revolvía el pelo riendose él también.

T/N: ¿Que tal tu cita de ayer? ¿Como está Clara?

HUGO: Es ella. Ella es la definitiva. Estoy totalmente seguro

Cada vez que hablaba de Clara se le iluminaba la mirada. Estaba tan feliz por él. Por fin encontró a su otra mitad. Llevan juntos un año, y Hugo siempre dice que fue amor a primera vista, que conectaron a la perfección. Como si se conocieran de siempre. En mi opinión Clara es fantástica, es una cabra loca, tiene esa energía que le hace falta a Hugo y Hugo le da esa tranquilidad que le hace falta a ella.

T/N: ¿Vas a decirle que venga el Domingo?

HUGO: ¿Y que me vea haciendo el ridículo? mejor le digo que venga para la hora del café

Seguimos hablando de muchas cosas más, la mayoría de ellas sin sentido. Pero sobre todo nos reímos mucho, o más bien, él me hizo reir a mi. Hugo sabía que no estaba pasando por mi mejor momento. A parte de entrenar, me encanta escribir, y uno de mis sueños es ver un día mi propio libro en el escaparate de una librería. Pero estaba pasando por esa estapa de bloqueo, me faltaba inspiración, incluso diría que me faltaba motivación. Tenía claras mis ideas, pero no conseguía plasmarlas a la libreta.

HUGO: No vemos el domingo - me abrazó - si no me duermo

MATEO: Iré a tu funeral - dijo saliendo por la puerta - ahí si dormirás

El Domingo llegó rápido y durante toda la semana me senté en mi escritorio. El bloqueo seguía. Decidí salir un día con mi libreta y bolígrafo en mano. Observaba a la gente por el parque. A parejas paseando, niños jugando, pero una pareja de ancianos llamó mi atención. Estaban sentados en un banco del parque a la sombra de un árbol, agarrados de las manos. La mujer le contaba algo, y el hombre bien atento, escuchaba cada palabra y le hacia reír con algo que le dijo. Una sonrisa salió en mi cara y comencé a escribir. Escribía como me hubiera gustado que fuera ese amor que nunca tuve. No de esa manera. Hace tiempo que perdí toda esperanza en el amor. Quizás no esté hecho para todo el mundo. Quizás nunca encuentre ese amor para mi. Agité mi cabeza desechando esos recuerdos de la semana y me concentré en el entrenamiento. Llegué a casa de Mateo 15 minutos antes de la hora acordada pero al aparcar, vi 3 coches que no reconocía. Mientras recogía del maletero mi bolsa y armas y cerraba mi coche, me encaminé a llamar al timbre, pero no sin antes volver a mirar hacia aquellos coches.

MATEO: ¿Contraseña? - dijo divertido

T/N: Si no me dejas entrar y me ayudas con esto - le enseñé mi bolsa y armas - me largo

MATEO: La contraseña es correcta - abrió y me ayudó con la bolsa - Hay que ver lo seria que te pones cuando hay entrenamiento

T/N: Si, ya... ¿de quienes son los coches de ahí afuera?

MATEO: De la sorpresa

SIGUE TUS SUEÑOS (SEBASTIAN STAN Y TU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora