0.09

145 10 2
                                    

T/n no recordaba ninguno de los caminos de los pasadizos y terminábamos en lo que parecían ser habitaciones del pánico. Íbamos caminando sin rumbo alguno aunque dudo que por aquí se llegue a la bodega de vinos de su padre.

Mientras que aquel beso no dije nada y ella tampoco lo hizo aunque sí que tenía ganas de mencionarlo solo para saber que me diría.

—Acéptalo, estamos perdidos.

—Jamás.

Me transporte delante de ella y esta se sobresaltó casi pegando un grito pero no lo hizo.

—Volvamos y nos quedamos en tu habitación haciendo lo de siempre—Tome su mano—Ven, vámonos.

Comenzamos a caminar para salir de aquí aunque no recordaba bien por donde carajos habíamos venido. Solo seguimos caminando un buen rato.

Sentía su miraba sobre mi de vez en cuando pero trataba de ignorarlo, también sentía como su mano apretaba la mía aveces.

—Cinco...

—Mhm—Doble sin dejar de sostener su mano.

—Quiero contarte algo ya que eres mi mejor amigo y siento que no podría decirle esto a nadie más—Me detuve un segundo pero luego seguí caminando.

—Dime

Su mejor amigo.

Me mordí los labios pues me molesto un poco que me llamase así, me gusta ser la persona más cercana según ella pero ¿mejor amigo? No lo sé

—Me gusta un chico—Solté su mano—¿Pasa algo?

—Me suda la mano, pero tú sigue—No me sudaba la mano en lo más mínimo.

—Me gusto desde el momento en el que lo vi y no se como acercarme a él de esa manera—Suspiro—¿Que crees que deba de hacer?

—Hablarle—Dije seco

Me sentía terrible al escuchar tal cosa de aquel chico desconocido. No quería saber que a ella le gustase alguien más. No podía gustarle nadie, solo yo.

Yo.

Joder.

Ella me gusta.

Ella me gusta y no quiero que a ella le guste alguien más, solo quiero que guste de mi. Por eso me siento así cuando me besa, cuando me abraza o cuando pasamos momentos juntos.

Pero, yo nos soy ese alguien de quien ella está enamorada y dejo respetar eso, soy su "mejor amigo" y supongo que debo de apoyarla. Aunque me duela

—No es tan fácil—Dejo de caminar y yo me giré para verla—Es difícil hablar con el de esto, ya lo he intentado pero las palabras no me salen y mis indirectas no le llegan.

—Escucha—Agarre su rostro—Si ese chico no se da cuenta de lo maravillosa que eres con tan solo tenerte al lado suyo en una conversación normal, no creo que merezca la pena.

Sus ojos brillaban tal y como pasa cuando está feliz. Esta tan feliz que no sabe como demostrarlo y simplemente sus ojos brillan aunque parezca algo irreal.

—Cinco...

Mi corazón palpitaba rápido, respiré profundo y bese su frente. Ella me abrazo pegándose a mi y yo le devolví el abrazo.

—¿Estas bien peque?—Se me volvió a salir el decirle así.

—Lo estoy—Se separo de mi—Me gusta cuando me dices así.

Sonreí de lado sin mostrar mis dientes, le hice una seña con  la cabeza para que siguiéramos caminando y luego de un rato entramos la salida llegando de nuevo a su armario. La ayude a subir al escalera y luego la subí yo.

—Creo que debería irme—Murmure

—¿Que? No, apenas son las 2. Quédate un rato más por favor.

—No, debo irme—Termine de salirme del sitio y cerré la puerta de madera.

Caminamos hasta tu habitación y allí vi una ventana. Al acercarme a esta pude ver el portal de la casa. Me giré a ver a T/n y están le veía triste, me despedí con la mano y me transporte afuera del portal. Comencé a caminar a casa. Estaba algo lejos pero no me importaba.

Solo podía pensar en que T/n está enamorada de algún chico y yo me di cuenta que estoy enamorado de ella cuando ya es demasiado tarde. Aunque tal vez no es demasiado tarde.

Aquel chico no le hace caso y quien sabe si en algún momento piensa hacerle caso, yo soy su mejor amigo tal vez eso me dé más chances de estar con ella. Quien sabe.

Seguí caminando ya casi llegando a mi casa pues con todo lo que tenía en la cabeza no me iba dando cuenta de por donde iba.

—¡Número Cinco!—Escuche esa voz y se me erizo la piel.

Me giré viendo hacia la calle y pude ver a mi padre en aquel auto negro. Se veía molesto y mucho, se está no tenía cómo salvarme. Solo me hizo una seña para que entrase al auto y eso hice metiéndome en el asiento del copiloto.

No dijo nada durante todo el camino hasta que llegamos a casa y me metió casi a rastras hasta su oficina. Pogo nos vio y vino con nosotros mientras que yo solo temía lo peor.

—¡Cómo es, que voy llegando a mi casa luego de un viaje y encuentro a mi Número Cinco merodeando por las calles como si nada!—No respondí—¿No vas a responder?

Mierda.

—Salí más temprano para...—Rápido piensa—La biblioteca a buscar más libros de... ¡Viajes en el tiempo!—Mierda

—Ya te dije que no quiero que sigas leyendo esas cosas, no funcionan, solo te infectan la cabeza—Se que estaba diciéndole mentiras pero se que puedo viajar en el tiempo.

—Pero puedo hacerlo, se que puedo viajar en el tiempo—Dije molesto.

—No puedes, así que ya deja de hablar de eso—Dijo el enojado—Ahora vete a tu habitación que el entrenamiento de mañana será duro.

Me retiré de su oficina y fui hasta mi habitación, me lancé en la cama y me apresuré a quitarme los zapatos y lanzarnos a una esquina. Tome mi celular que había dejado debajo de la almohada, vi que tenía unos mensajes  de T/n.

"Avísame cuando llegues"

"Perdón si te incomode con lo que te dije del chico"

"¿Aún no llegas?"

"Dormiré pero por favor llámame cuando llegues"

"¿Cinco?"

No tenía ánimos de responder así que no lo hice, solo deje el celular sobre la cama y cerré mis ojos dispuesto a dormir.

Camino al Apocalipsis. | Cinco x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora