Victoria 2, La Novia Alquilada. El resto de la historia

7- Moría de celos por primera vez en mi vida

Narrador:

Georgian no daba crédito a lo que su amigo le estaba pidiendo.

‒ Realmente no puedo creer lo que me estás pidiendo, ya lo de Victoria fue una locura, pero... ¡¿ésto?! – soltó un largo resoplido - ésto es demasiado hasta para ti, Franco

‒ No, lo de Victoria fue una locura, ésto no lo es. ¿No ves la diferencia, Geo?, yo a ella ni la conocía y era solo para sacarme a mi abuela de encima, pero ahora quiero ser feliz y hacer feliz a la extraordinaria mujer que será mi esposa, pero no podré si antes de casarnos se estropea todo solo por el hecho de no tener familia

‒ Mira que lo haces ver románticamente sencillo, pero no lo es. Serían una cantidad importante de contratos y todos ellos diferentes...

‒ ¡Nada de diferentes!, solo tienes que hacer 2 modelos, uno para los que serían los padres, pues ellos interactuarían con mi abuela y luego uno, aunque serían varios con los diferentes nombres, para el resto, entre lo cual debe haber una clausula, la más importante, de que no deben interactuar con la abuela – Franco se levantó y palmeó el hombro de su amigo - ¿Ves?, es bien sencillo – Geo le dirigió una mirada desafiante

‒ ¿Sencillo?, si tú lo dices... - era irónico en su respuesta, Franco debía poner más empeño para convencerle

‒ Sí, yo lo digo. Deja que hable bien con Luciano y te traeré los términos de los contratos y sus destinatarios – el abogado se pasó la mano por la frente

‒ Ok, Franco, como gustes, pero solo si paralelamente me firmas un documento que diga que traté de disuadirte de no hacerlo y me desligo de toda responsabilidad

‒ ¡Por supuesto que sí, amigo mío!, firmaré lo que quieras, lo menos que deseo es perjudicarte. Tú siempre has estado a mi lado, me has apoyado y librado de muchos líos desde que éramos unos niños.

‒ Victoria es una mujer maravillosa, ella merece ser feliz, solo espero que seas capaz de lograrlo sin involucrarla en ninguna otra locura de las tuyas.

‒ Esto es justamente para poder hacerla feliz, todo lo feliz que pueda, porque nunca llegaré a lo que se merece...

‒ Cuando tengas todo resuelto me avisas para que pueda hablar con ella, quiero estar seguro de que esta vez sabe en lo que se mete, ya que la vez anterior creo que no lo sabía

‒ ¿A qué te refieres?, yo hable con ella y nos pusimos de acuerdo, lo recuerdo bien

‒ Veo que tienes memoria selectiva. ¿No te acuerdas que el día que firmaron, sobre este mismo escritorio, a ella le temblaban las manos y se iba poniendo más pálida que un papel a medida que le leía el contrato? A mí me pareció que en realidad no tenía idea de lo que estaba firmando

‒ Entonces, ¿Por qué carajos crees que lo hizo?

‒ Por estar contigo, Franco, esa chica está enamorada de ti hasta las trancas desde un principio y en aquel momento, como con seguridad hará también en ésta ocasión, sería capaz de cualquier cosa por estar junto a ti

‒ Veo que no la conoces, Geo, estás subestimando la inteligencia de esa mujer

‒ No, no lo estoy. Yo la considero muy inteligente y capaz, pero cuando de ti se trata su juicio se le nubla

‒ No creo entender tu postura...

‒ Es que no hay nada que entender, solo me preocupo por una de las partes, como abogado es mi deber

‒ Pero tú eres mi abogado no el suyo

‒ Tienes razón y por eso deberías aconsejarse que se busque uno, pues si algo sale mal lo necesitará