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Soltando una corta risa que fue ahogada entre sus pequeños dedos, Jimin dirigió la mirada al fondo del pasillo, dónde con amplios y maliciosos ojos pudo observar a aquel chico alto de cabello negro y largo, burlándose de los más que claros y nada disimulados gruñidos y de aquel ceño fruncido que lo hacía ver sumamente caliente.
Mordió la punta de aquella pajilla color lila que aún mantenía entre sus labios, sorbiendo poco después el contenido antes de volver a reír esta vez con algo menos de disimulo.

Jungkook a su lado le observó con una ceja alzada antes de atizarle un golpe en la nuca, mermando su pequeña risa y logrando que el ceño y labios fruncidos aparecieran casi de manera instantánea.

-¿Cuánto tiempo crees que lo soporte? -cuestionó de inmediato, como si buscase de alguna forma apaciguar un poco la molestia que su golpe anterior había provocado.

Jimin le observó con molestia por escasos segundos antes de volver la mirada a aquel pasillo. Mordió su labio inferior de manera juguetona y lo relamió poco después. Posando nuevamente su vista en Jungkook una vez que el objeto de su diversión pareció notar las burlas hacia su persona y salió de ahí completamente enojado.
Soltó un suspiro y alejó un poco la malteada que aún sostenía en sus manos, estirando su cuerpo poco después al tiempo en que sonreía al sentir el mismo relajarse.
Escuchó el bufido de Jungkook a un lado suyo y giró a verle inmediatamente.

-Siendo sincero no lo sé -murmuró-, cuando se lo dije enloqueció.

Jungkook jadeó mientras trataba de contener el sentimiento de preocupación que lo invadió al ver a Jimin.
No comprendía del todo la relación de su mejor amigo con su novio, sabía que eran felices y aparentemente se amaban, sin embargo eran muy diferentes, no entre ellos, sino ante los demás. Aunque tal vez eso era lo que menos debería importar.

-Puedo notarlo -afirmó con fastidio-. Oye sé que es tu novio, pero mira estas marcas, ¿acaso quería quitarte un trozo de carne?

Jimin se encogió de hombros mientras le restaba importancia al reciente comentario.
Debía admitir que sí, tal vez él y Taehyung tenían prácticas sexuales bastante salvajes, sin embargo no lo consideraba un problema.
Pasear con su cuello lleno de marcas, caminar con las piernas temblorosas, usar parches porque sus pezones quedaban completamente sensibles después de una buena noche, e incluso faltar a clases por dolores de cadera era algo a lo que Jimin estaba más que acostumbrado, y además amaba.
Le encantaba sentirse así de cercano a Taehyung, adoraba sentirse suyo y que el sentimiento fuese recíproco.

-Bueno -inició-, dijo que si iba a darle abstinencia por dos semanas debía guardar unas reservas.

Abstinencia. Una regla que habían impuesto de manera unilateral. Taehyung estaba más que reacio a aceptarla, sin embargo Jimin en verdad necesitaba al menos dos semanas sin tener sexo rudo para poder concentrarse en la universidad.
Un examen se aproximaba cada vez más, y estaba seguro de que si no fuese tan importante no habría pedido semejante tontería.

Sin embargo, no era un examen cualquiera.
Jimin, a pesar de todo, era un universitario que se preocupaba por su futuro, así que dar lo mejor de sí mismo era algo que venía incluído.
Estando a punto de culminar su carrera decidió que la mejor manera para graduarse sería presentar un examen final de curso que hacer una larga, aburrida y estresante tesis.
Odiando con toda el alma leer y volver a releer, ansiaba poder aprobar el examen pre- examen que sería dentro de dos semanas, siendo el mismo su pase para poder presentar un examen final que le daría finalmente un título con el cual valerse.

Era un sacrificio que podía hacer. Dos semanas no estaban tan mal al menos para él, aunque no podía decir lo mismos de Taehyung, pues el pelinegro había odiado la idea apenas se la había mencionado.

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