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La astucia sin dudas no era una virtud que Jimin tuviese del todo desarrollada, podía comprenderlo ahora mismo. Sentado en el patio de atrás, ese patio olvidado que todo el campus pasaba por alto a pesar de ser realmente lindo, lleno de césped verde con pequeñas flores de colores brindando fragancias dulces.
No podía decir mucho de su situación actual, no cuando él mismo se había condenado al pedir algo que ni siquiera estaba seguro de que podría cumplir del todo bien.

La abstinencia lo estaba matando. Una semana y media había transcurrido ya y lo único que ocupaba su mente era Taehyung; lo caliente que se veía últimamente, lo caliente que él se sentía y las ganas enormes que tenía de mandar a la mierda ese examen aunque fuese por un pequeño rapidín, aunque fuese por un pequeño y sucio beso.
Estaba lo que seguía de frustrado, muy desesperado y probablemente se veía como un maniático adicto al sexo, pero siendo sinceros, con Taehyung cualquiera lo sería.

Ni siquiera podía concentrarse, quedaban sólo tres días para el examen y él ya había agotado todas sus ganas de continuar estudiando, se habían esfumado de la misma manera en la que el humo de aquel porro que llevaba ya un buen rato fumandose.

Escogiendo un lugar recóndito dentro del campus había pocas posibilidades de que algún coordinador lo encontrase mientras fumaba, sin embargo el olor sería el problema poco después.
Soltó un suspiro y llevó el porro a su boca, inhalando fuertemente hasta que sus ojos lagrimearon con poco y su piel se erizó al mismo tiempo.
Sonriendo también al sentir aquella efímera relajación que siempre obtenía cada vez que fumaba.

-Es raro verte por aquí sin tu perro guardián.

Jimin por poco sale corriendo de ahí cuando aquella voz le tomó desprevenido.
Giró con lentitud hasta finalmente encontrarse con los ojos de Namjoon fijos en él, mientras le observaba con una sonrisa ladeada en los labios.
Rodó los ojos y dió una última calada a aquel porro, lanzando lo que sobró hacia el más alto enfrente de él. El moreno sólo rio y continuó observandole fijamente.

-Mierda, me asustaste -murmuró, sonando bastante cansado y fastidiado-, ¿y a qué te refieres con perro guardián?

El moreno se encogió de hombros, tomando asiento a un lado de Jimin, el peligris se vio un poco incómodo ante la cercanía y el hecho de que se tomara la libertad de invadir su espacio aún sin preguntarle, aunque no podía hacer mucho en realidad, Kim Namjoon era una persona imprudente.
Estudiaba la misma carrera que él, sin embargo pertenecía a otro grupo, a Jimin no le agradaba mucho, pues aunque no lo pareciera el peligris tenía un sexto sentido bastante desarrollado y Namjoon siempre le había inspirado un aura extraña.

-Sí -sonrió-. El chico de veterinaria, el de cabello largo lleno de perforaciones.

Jimin entonces sonrió de lado, mordiendo su labio inferior con diversión al comprender un poco el verdadero tinte de voz que Namjoon quería disfrazar con ignorancia fingida. Carraspeó un poco y se giró a verlo, inclinándose hacia adelante al tiempo en que relamía sus labios con lentitud, obteniendo a cambio una mirada fija en aquella zona que por poco lo hace carcajear.

-Ah -suspiró, aunque sonó más como un pequeño lloriqueo-, te refieres a mi novio.

Y la reacción que obtuvo fue totalmente la que venía esperando desde hace un rato.
Sabía que probablemente no debería jactarse de ser una persona que atraía a cualquiera, o alardear de lo mismo. Sin embargo, ni aunque Namjoon fingiese estar ahí por cualquier otro motivo podría ignorar la manera en la que lo veía y en cómo pareció fruncir el ceño cuando hizo mención de Taehyung en voz alta.
Sonrió en grande y recargó uno de sus codos en sus muslos, sosteniendo en una de sus manos su rostro sonriente.

-Sabía que tenías novio -Namjoon afirmó y Jimin le creyó totalmente, pues su palabrería anterior parecía ser su forma de confirmar ese inminente hecho-, aunque no pensé que sería él.

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