Louise Johnson.
—Entonces, ¿Heather vendrá también?
En estos precisos momentos me encuentro hablando con mi madre, la cual me informa que mi hermana, Heather, vendrá al internado antes de tiempo. Me pregunto qué habrá hecho esta vez para que mis padres hayan tomado tal decisión.
Este internado no es común y corriente.
No es para adolescentes rebeldes.
Es para controlar nuestros otros sentidos.
Y al parecer, mi hermana formará parte de nosotros.
—Sí, Louise. ¿Hay alguna posibilidad de que comparta habitación contigo? Quizá contigo se controla y deja de actuar como una maldita rebelde sin causa.
—Es lo más probable —omito la manera en la que se ha referido a mi hermana—, no tengo compañera de cuarto, así que de seguro la asignarán junto a mí. Y no te preocupes por anexos, la cuidaré de los demás. Aunque por lo que me has contado de ella últimamente... Diría que se puede defender por su cuenta.
—El hecho de que Heather sea una de ustedes y aún no sepa controlarse bien hará que los demás se aprovechen de eso. Aunque no le vendría mal para sentar cabeza de una vez por todas —susurró—. ¿Hay más alumnos que no sepan la verdad?
Hago un sonidito de afirmación con la garganta.
—Por lo que sé, son dos alumnos nuevos, según me informó la directora.
—Está bien... No le cuentes nada a tu hermana, que lo descubra por su cuenta, ¿de acuerdo?
—Está bien, madre. Escucho el motor de un auto afuera, creo que Heather ha llegado. Adiós, mamá.
—Cuídate, un beso.
Dejo el teléfono fijo de la directora en su lugar. Me ha llamado a su oficina diciendo que mi madre necesitaba hablar urgentemente conmigo. Esto no sería así si no nos quitaran nuestros celulares cuando ingresamos al internado.
Salgo al patio para recibir a mi hermana. Todos los internos esperan a su llegada, puesto que así lo ha solicitado la directora Presley, una íntima amiga de mi madre.
—¿Todos salieron a darme la bienvenida? Me siento especial —me acerqué a ella y la abracé por los hombros. La directora venía hacia nuestra dirección. Heather sonrió y al ver a todos serios, acotó— ¡Oh, vamos, sólo era una broma!
Ella se acercó a mí y susurró.
—¿Estás soltera? Porque veo a muchos bombones por aquí —rio—. Sólo bromeo, tengo novio, ¿recuerdas?
—¿Sigues con Nicholas? —hice una mueca de asco cuando asintió, feliz— Y yo que no los veía a futuro.
Me empujó suavemente por el hombro. La directora llegó hasta nosotras y Heather habló.
—¿Están todos afuera por mí?
—Estamos aquí por obligación, niñata hija de papi —exclamó
uno de los internos nuevos, a quien yo reconocía como Chase. Venía de Hollywood Hills.
El internado es bastante grande y está separado en dos partes; Hombres y Mujeres. Incluso en el horario de las comidas, las mesas están en el mismo comedor, pero hay una para mujeres y otra para hombres, son como mesas de banquete, ocupan todo el ancho del comedor.
Mi hermana se acercó desafiante al chico, el cual no flaqueó a pesar de su cercanía, sólo enarcó una ceja y sonrió de lado.
La directora, a mi lado, me hizo un gesto con la cabeza para que controle a Heather. Me acerqué a ella y la tomé del brazo, aunque se removió y se deshizo de mi agarre.
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Los misterios de Queen's | AngelaAMS
Ciencia FicciónEl internado de Queen's no era un internado cualquiera. O por lo menos no era como lo pintaban en los libros. No era para adolescentes rebeldes o marginados. Era para controlar sus otros... sentidos. Heather Johnson siempre ha sido muy curiosa, y el...