Los misterios de Queen's | AngelaAMS

Capítulo 7

HEATHER JOHNSON

—Directora Presley —Louise se acercó a ella, le temblaba la voz—, ¿qué está pasando?

La directora la miró con compasión e hizo una mueca. Me acerqué a mi hermana, mientras que Chase y Jacob se mantenían a la distancia suficiente para escuchar la conversación.

Metiches.

—Lo siento, Louise —no entendí por qué se dirigió a ella por su primer nombre, pero definitivamente era algo grave.

—Sea más específica —pidió, al borde del llanto.

—Emily se ha dirigido a su propia muerte, no hay nada más que yo pueda hacer, Louise. Lo siento.

Sin darme cuenta aguanté la respiración. ¿Emily estaba ahí dentro? ¿Con todo en llamas?

—¿¡Emily sigue adentro?! —tomé el brazo de Louise en un intento de calmarla, pero fue en vano, porque rápidamente se deshizo de mi agarre.

—Louise, cálmate. Entiende que no...

—¡No! —mis manos empezaron a temblar lentamente, no sabía qué hacer y eso me torturaba, porque quería ayudar a mi hermana— ¡Se supone que este lugar nos ayuda a controlarnos, no a matarnos, maldita sea!

¿Controlarnos?

Mi mirada se desvió a Violet que gritaba una y otra vez el nombre de su amiga e intentaba zafarse del agarre de Julliette, pero esta se negaba a soltarla y arriesgarse a que Violet se metiera nuevamente al internado.

Volví a mirar a la directora, que se había quedado sin palabras, y que abrió los ojos en demasía al igual que yo cuando vimos que Louise se quitaba su collar de un tirón y se acercaba a paso rápido a la puerta trasera para entrar al internado.

—¡Louise! —grité, mas no me prestó atención y de todas formas se adentró al edificio— ¡Louise!

Ahora si empecé a entrar en pánico, no lo pensé dos veces cuando empecé a caminar detrás de mi hermana para seguirla. Grité de frustración cuando sentí unos brazos tomándome por detrás, impidiéndome el paso.

—Ni se te ocurra meterte ahí.

—Sueltame —pedí, sintiendo como mis ojos empezaban a acumular las lágrimas que no tardarían en caer.

—Estás loca si crees que dejaré que vayas detrás de tu hermana.

—¡Es que tú no lo entiendes! —sollocé— ¡Louise es lo único que me queda, sueltame!

Y no mentía. Mi novio y mi mejor amiga eran un par de hipócritas. Mi madre nunca me había querido por completo, y mi padre al fin de cuentas siempre estaría del lado de mi madre, aunque fingiera y dijera que no.

Y eso me dejaba sólo a Louise. Siempre discutía con mamá porque no teníamos el mismo trato, siempre era un poco más para ella que para mí, aunque ya me había acostumbrado a eso.

Pero nunca podría soportar que algo le pasara y yo no hubiera podido hacer nada.

Nunca me lo perdonaría.

—No podemos arriesgarnos a que alguien más esté allá adentro con fuego por todos lados, Heather.

Me rendí cuando caí en cuenta de que Chase no aflojaría su agarre ni accedería a mis peticiones, por lo que me conformé con llorar mientras me abrazaba por los hombros.

En algún momento perdí la fuerza de las piernas, porque terminé arrodillada en el verde césped aferrandome a Chase que no parecía tener planes de alejarse muy pronto.