Un nuevo día. Un día en el que habría demasiado por hacer, me alisté temprano para ir a casa de mis padres. Dejando en la sala algunos de los juguetes que había por envolver.
Recortando papeles y pegando los moños, una bella melodía se escuchaba de fondo.
Entre pláticas y sonrisas planeábamos la comida que haríamos para las posadas de este año. Tal vez pavo o tal vez pierna.
Chloe llenaba bolsas con dulces, comiendo algunos en el camino. Se nos fue casi toda la mañana en eso.
Eran ya casi las dos, y los Harper llamaron a la puerta, ellos ayudarían a cocinar y llevar las cosas a la casa hogar.
Mientras que ellos cocinaban, Chloe y Christine terminaban de decorar algunas botas navideñas, las cuales tenían el nombre de cada niño.Esto me emocionaba cada vez más. Ansiaba que fuera ya de noche. Me sentía como una niña en navidad, aunque esta vez era un día diferente, pero de igual manera me llenaba el alma de alegría.
Horas más tarde subí a la que era mi recámara para arreglarme un poco. Colocando unos pendientes dorados para finalizar, Chloe entró pidiendo ayuda con su atuendo.
— Por cierto, tú novio está abajo esperándote — dijo una vez terminé de cerrar el cierre de su blusa. Tan solo asentí, tomé mi bolso y bajé.
En la entrada de la sala ahí estaba él, vistiendo unos vaqueros negros y una camisa azul marino, remangada a los codos y algo entreabierta del cuello. Vaya que se veía atractivo. Me dedicó una sonrisa.
— Bueno, creo que tenemos todo listo, vámonos — ordenó alegre mi padre. Poniendo en marcha a todos como soldaditos.
Llegamos a la casa hogar después de unos quince minutos. Bajamos todas las cosas y terminamos de decorar el lugar, colocando luces navideñas por todos lados mientras los niños corrían emocionados.
Colocamos el árbol y entre todos lo decoramos.Una de las actividades es crear tus propias esferas, cada Niño pintaba y decoraba con escarcha y piedras brillantes la pequeña pelota de plástico.
— Mira, hice una esfera para ustedes — habló Emma, una pequeña de cinco años, dándonos una esfera roja, con dos pequeños monos pintados. — se están tomando de la mano, ¿lo ves? Los vi venir así y quise dibujarlo.
— Esto es demasiado lindo, Emma — acarició James el cabello de la pequeña — eres una artista ¿lo sabias?
La Niña sonrió mientras iba a colocar otra esfera que había pintado. Yo sonreía ante tal gesto, era una niña hermosa.— Ahora nos queda claro que actuamos demasiado bien — bromeó James en voz baja mientras le daba un leve codazo.
Emma se acercó hacia nosotros y James la tomó en brazos. Tomándome a mi de la mano me acercó con él. — Ven cariño, coloquemos nuestra esfera — sonreía tiernamente.
Le devolví el gesto y con la esfera en manos se la tendí a Emma. — ¿Quisieras hacer el honor de colgarla por nosotros? — la pequeña de ojos azules asintió con una gran sonrisa mostrando una ventana entre sus dientes, colocando la esfera en la parte alta del pino.
— Serían unos magníficos padres — exclamó la señora encargada del lugar. — Emma tiene problemas para convivir con adultos, pero veo que ustedes han logrado conectar con ella desde que vinieron a decorar el lugar. — explicaba amablemente Rose.
Solo la contemplamos algo sorprendidos, sin saber que decir. Ambos en un silencio, haciendo reír a Rose.
— Oh pero descuiden. Aún tienen mucha vida por delante antes de querer un bebé. Por cierto Gracias por esto, hacen que los niños pasen un muy buen diciembre.— No es molestia. Siempre es bueno venir aquí, ver sus caras de felicidad no tiene precio — dijo James viendo a los niños correr por todo el lugar.
He de admitir que me comenzaba a gustar esta faceta de él. Era lindo ver cómo conectaba tan fácilmente con los niños, contándoles cuentos navideños y ayudándolos a pintar esferas, sin importarle si manchaba su ropa en el proceso.Después de cenar, hicimos afuera una fogata, cantamos algunos villancicos y quemamos bombones. James tomó su guitarra y empezó a afinarla un poco.
— Espero estes lista, porque cantaremos.
Lo miré sin decir nada, tan solo negué sonriendo. Los niños se sentaron al rededor de la fogata mientras comían sus bombones.
— Bien, ¿que les gustaría oír?
— ¡La vaca lola! — gritó un pequeño. Otros decían algunas opciones, muchos querían de Disney, otros querían alguna canción de otra película.
— Okey... por qué no juntamos todos los personajes y cantamos. ¿Recuerdan la canción?
Hoy voy a hablarte, de mis héroes...— Que me vieron crecer — dijeron todos al unísono.
— Desde el león...
— Que se hizo rey — cantaban.
— Hasta la princesa...
— Que rompió la ley.
— Si me preguntas a mi. De ellos aprendí.
Comenzaba a cantar mientras los niños seguían algunas partes de la canción.
...— Si al hablar no has de agradar — seguí cantando mientras volteo hacia James — te será mejor callar... — este solo me sonrió mientras seguía tocando.
...— Que nadie se mueva — dije extendiendo mis manos hacia los niños — tengo un dragón y no tengo miedo a utilizarlo.
— ¡Eso es de Chuerque — gritó un Niño pequeño haciéndonos reír a todos. Okey, este pequeño sabe de buenas películas. Seguí cantando hasta finalizar la canción. De fondo se escuchó un "Ho Ho Ho" y los niños hicieron un suspiro de asombro.
— ¡Santa! — gritaban.
El tierno hombre barbudo se acercaba junto a un golden retriever con unos cuernos de reno. Los niños felices se acercaron hacia el.
— Guaaaau. Tú reno es un poco extraño.
Santa con su peculiar risa exclamó — ¡Oh no! Este no es un reno, es mi ayudante, el señor perrelfo. Saluda a nuestros amigos, perrelfo. — el perro ladró y levantó una de sus patas. Los niños rieron ante el nombre del can.
Ellos felices entregaban sus cartas a santa, y le contaban algún otro secreto de lo que más deseaban en la vida. Alegres por los pequeños todo marchaba bien, habíamos logrado darles una muy linda velada. James se posicionó a mi lado. Abrazándome por la cintura, viendo como la pequeña Emma se acercaba a santa.
— Y también deseo que si algún día llego a tener unos papás, sean como James y Aly, unas buenas personas que se aman.
Mis ojos se llenaron de agua.
Con una gran sorpresa volteo a ver a James, viendo que está igual de anonado que yo. Volteó a verme de regreso y se acercó a mi oído.
— Sabes, estoy de acuerdo con ella. Serías una gran madre — dijo dando un beso rápido en la comisura de mis labios y se dirigía rápidamente hacia la pequeña.
Me quedé ahí, estática, sin poder creer lo que mis oídos habían escuchado. Un suspiro se escuchó a mi lado.— Aún recuerdo cuando venía más joven con Fred. Claro que los árboles del fondo no estaban, y por supuesto que era un lugar mucho más pequeño. Pero ese sentimiento en vísperas de navidad nunca cambia. Los niños son alegres.
Sonreí viendo a los pequeños jugar y acariciar al señor perrelfo.
— Si. Me causa mucha felicidad verlos tan emocionados, desearía que todos puedan tener un hogar lo más pronto posible. Merecen lo mejor. Son unos niños magníficos.
— Sabes, Aly. Estoy muy de acuerdo con James, serías una muy buena madre. — volteé a ver a Celia — tan solo es necesario ver como te desvives por cada uno de estos pequeños. El amor que brindas al estar aquí, simplemente es precioso.
>> piénsalo, de verdad tú y James serían grandiosos padres.¿Acaso se ponen todos de acuerdo en que seamos padres? Digo, ni siquiera somos pareja.
_________
Editado.
![](https://img.wattpad.com/cover/316478293-288-k562358.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Un cliché de navidad
RomanceVolver a tu hogar en el que viviste casi toda tu vida, esperando que tu familia comprenda que a tus treinta y dos años aún no consigues pareja, es ir directo al caos. - ¿Y yo que recibiré a cambio? - Pues, que tu familia no piense que sigues solte...