CAPÍTULO NUEVE

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James

Había terminado mi trabajo hace días y prácticamente no tenía nada que hacer, no me apetecía salir con Chris y escuchar sus locuras de sus novios universitarios, ni siquiera viejos amigos habían llegado al pueblo aún para ir por un trago. Así que heme aquí en casa de Alyson rogando para salir un rato de este encierro.

— Vamos aly, despeja tu mente. Has estado metida dos dias en esa laptop. — dije apretando levemente sus hombros.

— Debo terminar esto, James. ¿Tú no tienes trabajo?

— Lo terminé hace tres días. Anda, vayamos a un bar. — volteó a verme extraña con sus cejas fruncidas.

— ¿Un bar? — sonrió ladina poco a poco — hagámoslo.

— Esa es mi chica.

Cerró la pantalla de golpe y rápidamente tomó su abrigo y su bolso, para salir directo a la puerta dejándome detrás.

— Vamos James, o me iré sola. — grita ya abriendo la puerta.

— Lo bueno es que yo te invité.

Sonreí un poco mientras la alcanzaba, subí al auto sintiendo el cambio de temperatura. El frío de la tarde comenzaba a calar y el vapor que salía al hablar indicaba que comenzaría a nevar muy pronto.

— Y... ¿por qué has decidido que salgamos?

La miro de reojo — Quiero retomar los viejos tiempos, ser amigos de nuevo.

No dijo nada más, tan sólo se dispuso a ver por la ventana y seguí conduciendo hasta llegar a nuestro destino.

El barril dorado era el mejor bar del pueblo y el más visitado por turistas. El ambiente ahí era cálido, la música era lenta y había un lugar al centro del bar en el cual podías cantar y tocar la guitarra. Daba más el aspecto a un bar de country y era genial el como todos se reunían al centro de la pista para bailar las canciones de Alan Jackson o bailar al ritmo de una romántica melodía.

Joe, el dueño del bar era muy conocido por todos sus clientes, pues hablaba animosamente con todos que hasta incluso te contaba el como conoció a su esposa y como vivieron una travesía para estar juntos.

— Y fue así como prácticamente la robé de su familia... ¡James! — alzó los brazos al verme — amigo, que gusto ¿Que te trae por acá?

— Bueno, vinimos a despejarnos un poco. — hable mientras le tendía una silla a Alyson.

— Pues vinieron al lugar correcto. — nos ofreció dos vasos — Aquí tienen, la mejor cerveza de barril del pueblo. Alyson Que gusto, ¿cómo está tu padre? — preguntó amistosamente.

— Está muy bien, no ha bajado del techo en todo el día, poniendo sus amados renos navideños. — sonrió y le dio un trago a su vaso.

— Oh ese loco. Siempre con esos renos, no hay año en el que no los ponga. Salúdalo de mi parte. ¡Dylan! Eso no va con vodka.
Estos muchachos nuevos, no aprenden rápido. — extendió sus manos hacia el cielo y se fue.

Una risa a mi lado sonaba levemente — No recordaba lo bien que la paso aquí. Gracias por sacarme de mi cueva.

— Te dije que te haría bien. — tomé de mi cerveza — De verdad que te notabas muy tensa. ¿Has pensado en descansar siquiera?

— La verdad es que no, quise terminar ese manuscrito para poder pasar navidad libre. — soltó un suspiro — incluso dejaré el trabajo pasando navidad.

Fruncí mis cejas, ¿por que habría de dejarlo? Es una excelente editora. Incluso podría decir que es mejor que yo.

— ¿Por qué? Eres inteligente, hermosa y has sido la mejor en tu puesto desde hace años.

Un cliché de navidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora