- Lagrimas de miel - [Emma Sano x Oc male]

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24 de noviembre de 2004

-Sigo sin entender porqué Mandragora sigue queriendo cobrar ese dinero, que pagaste ya, claro -

-¿Y quieres que yo sepa? - le dió un bocado a su comida la cual milagrosamente podia comer, aun le dolian los golpes de su reciente pelea - Agh cómo sea...

- ¡Shimada-kun! - la voz de un chica llegó a los oídos de ambos amigos - ¡Me enteré que te golpearon! - un grupo de tres chicas se pararon justo enfrente de ambos amigos-

-Fue hace una semana... - su tono de voz era cortante y seco, lo que era raro en Hisoka - Pero...¿Necesitan algo, chicas? - con su mayor esfuerzo, intentó darles una sonrisa -

- Si, Queriamos darte esto - las manos de una de las chicas extendió hacia el chico de orbes ámbar un pequeño botiquín - Para tus heridas...

-Gracias - tomó aquel regalo - No debieron molestarse, enserio gracias -

-D...Denada - el sonrojo de las tres chicas no tardó en aparecer, por lo que salieron corriendo -

-Ahh...Kioshi, llévatelo tú - le extendió el botiquín - Me duelen las manos - rió brevemente - sólo por hoy.

-Esta bien, Tonto - aceptó la pequeña caja de plastico - Oye, que le darás de regalo a Emma-chan, ¿O seguirás evitándola?

-No...Ya tengo algo planeado - El chico de cabellos Azabache se levantó se su lugar, ya que la campana que anunciaba el fin del receso sonó - Vámonos Kioshi.

-Ya me cansé, Hermano ¿Podemos simplemente tomar unas flores y ya? - el pequeño Jiro caminaba casi siendo arrastrado por su hermano mayor -

-No - la voz seria de Hisoka hizo que Jiro tomará una buena postura - Mamá siempre me dijo que una dama que se porta bien con uno mismo, que es gentil y amable, Siempre debe tener un regalo a su altura.

-Siempre dices cosas que mamá te dice pero...Yo también quiero que me digas esas cosas a mi - Los pequeños ojos negros de aquel niño se comenzaron a cristalizar - Yo, yo quiero que mi madre igual me diga eso ¡Hisoka, quiero que mi mamá esté aquí!

Las breves y cortas palabras que Jiro pronunció fueron suficientes para que Hisoka tensará su cuerpo y bajara la mirada, ¿Cómo se supone que le diría la verdad sobre su
madre a Jiro?. La mirada del menor se cristalizaba más y más, haciendo brillar sus ojos negros, la reacción que él tenía era completamente normal, un niño siempre desea tener a su madre consigo, él tenía a Hisoka, pero no llegaba a ser igual, por mas que lo intentara.

-Jiro...ya te dije que ella esta de viaje - nuevamente intento sonreír, pero sólo obtuvo una mueca - Ella volverá pronto.

-¡Mientes! - por fin los ojos de Jiro se llenaron de aquel líquido salado, dejando un gran rastro por aquellas mejillas infladas - ¡Siempre que mientes no puedes sonreír!