⊱37.1⊰

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--Mira esto... --sonreía viendo la nueva foto de recompensa de Luffy, hasta que borró su sonrisa. --Algo no anda bien con él --afiló la mirada ante el blanco de la piel del niño que recordaba de aquella villa.

Muchas veces había tomado a Luffy en peso, y rozado su piel de goma con sus manos, así que recordaba perfectamente su textura tanto al toque como a simple vista.

Por eso podía decir que había algo mal con la piel de Luffy. No mal de malo, sino mal de raro. Se veía más lisa, el rostro de Luffy más afilado de lo que su anterior foto mostraba, su piel clara que no sabía exactamente si era por la transformación...

Se mordió el labio inferior y frunció el ceño ante los pensanientos poco sanos que cruzaron su mente con aquel chico que antes consideraba un hijo.

--¿Qué le pasó en dos años? --ocultó su expresión de sus nakamas, quienes celebraban el ascenso a Yonkô de su pequeña Ancla. --Se volvió más atractivo.

No sabía si esos eran los pensamientos que un hombre maduro de 39 años debía tener, pero no podía evitarlos.

Agitó un poco la cabeza para apartar esos pensamientos y se dirigió a su tripulación cuando comenzaron a hablar de un reencuentro con Luffy en Wano.

(...)

--¿De quién habrá sido ese haki? --fue la pregunta que se hacían.

--Recuerdo un rostro familiar --sonrió con nostalgia tras aquella oleada de haoshoku haki. --Shanks, estás aquí... Pero sé que aún no es el momento --pensó un poco triste por aún no poder verlo y decirle aquel secreto que arrastraba desde hace ya dos años.

(...)

Caminó por las calles de la capital después de la fiesta, saliendo del lugar y encaminándose hasta donde lo habían citado.

Se sorprendió al ver un lindo bosque a pocas horas de la capital.

--Luffy --llamó mientras se acercaba.

--Kidd --sonrió al verlo, yendo a su encuentro. --Este lugar es increíble, ¿cómo lo encontraste?

--Mientras mi tripulación se entretuvo aquella noche yo me fui a caminar por ahí, fue cuando lo encontré y pensé que sería perfecto para la ceremonia --ofreció su brazo humano.

Dudando un poco abrazó el brazo ofrecido, así comenzando a caminar.

--¿Ya está todo preparado? --se puso nervioso.

--Sí, así es --se adentraron un poco más en el bosque hasta llegar a una zona en concreto.

Era un lugar cubierto por las copas de los árboles, decorado con algunas telas de colores cálidos colgadas de las ramas y el sonido de fondo de un río cercano.

Las tripulaciones de los dos estaban allí junto a la de Trafalgar.

--¿Por qué están los nakamas de Torao aquí? --se puso nervioso.

--Para que dos piratas se casen la ceremonia la debe oficiar un capitán pirata, Trafalgar es el único que había para poder casarnos --restó importancia.

Inconscientemente se abrazó más fuerte al brazo de Kidd, mentalizándose de que esta era la decisión correcta.

Avanzaron por el pequeño pasillo que había entre las personas, que se levantaron al verlos pasar.

Se situaron delante del otro capitán, el cual su rostro decía que prefería hacer cualquier cosa salvo estar allí.

Suspiró rendido y comenzó a decir lo que debía.

El secreto del capitán MugiwaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora