La guía de un bebé dragón para seducir a tu Huli Jing [WangXian]

CAPÍTULO 3: El primer roce de celos de un dragón bebé

Cumpliendo su promesa al bebé dragón, Wei Ying lleva a Lan Zhan a su próxima expedición de caza en el bosque. El Bosque de Gusu es bastante denso y vasto, con muchas gemas ocultas y campos de tesoros para explorar. El bosque no solo tiene los arroyos más claros y las cascadas más mágicas, también tiene todo lo que puedas soñar: pájaros cantores, caminos empedrados y prados de flores silvestres. Y gracias a la presencia cercana de los dragones Gusu Lan, estos lugares pintorescos permanecen intactos; porque muchos cazadores saben mejor que invadir y arrasar con tal belleza.

Hoy, su caza los lleva a uno de esos lugares en los que nunca antes habían estado: un hermoso campo de girasoles, con flores que se extienden por millas.

Esas nueve colas de Wei Ying se balancean ansiosamente detrás de él mientras corre de cabeza hacia el campo.—¡Lan Zhan! ¡Es el paraíso de los girasoles!—

Incluso el generalmente poco impresionado Lan Zhan queda fascinado con tal vista. Él sigue al zorro en silencio, sus dos manos se deslizan más allá de la cabeza de las plantas de girasol.—Son suaves.—

—¡Son tan suaves!— Wei Ying se ríe, revolcándose con entusiasmo en los lechos de girasoles, sus nueve colas agitándose sin parar detrás de él al mismo tiempo. Lan Zhan se traga una sonrisa mientras disfruta de la vista. ¡Wei Ying se vuelve tan adorable cuando está feliz! Sus esponjosas orejas de zorro se contraen en el aire mientras breves y exultantes jadeos abandonan su yo animado; y él es un completo y vibrante desastre mientras yace con los brazos abiertos entre las flores, empapándose de toda la felicidad del girasol.

Sacude algunos girasoles y recoge los pétalos que han caído al suelo. En ese momento se le ocurre un pensamiento travieso, mientras sus dos orejas se pliegan sobre sí mismas. Con una amplia sonrisa, levanta una mano para llamar al joven dragón, que todavía está parado a bastante distancia.—¡Lan Zhaan! ¡Ven aquí!—

Y cuando el amor de la vida de Lan Zhan lo llama, oh, él corre como si su vida dependiera de ello.

—¡Wei Ying, estoy aquí...— Lan Zhan jadea mientras patina hasta detenerse justo delante del zorro, asegurándose de no dejar que el hermoso huli jing lo espere ni un segundo.

Conteniendo otra carcajada malvada, Wei Ying salta sobre el joven dragón con su propia sorpresa. Lanza al aire un montón de pétalos de flores que había recogido en sus propias palmas, rociando la bondad amarilla por toda la cabeza del dragón de Lan Zhan.

—¡Sorpresa!—Wei Ying bromea, una risa infantil brota de su garganta mientras observa la lluvia de pétalos sobre Lan Zhan.

Inmediatamente, Lan Zhan deja escapar un estornudo incontrolablemente fuerte en medio de las flores, sus cortas astas de dragón se sacuden mientras lo hace.—¡A-CHOO!—

Más risas escapan del huli jing, como si estuviera teniendo el mejor día de su vida.

—¡Lan Zhaan!—Dice Wei Ying mientras se apoya en el macizo de flores, sosteniendo su cabeza con una sola mano, extendiendo perezosamente una pierna larga y delgada en el aire.—¡Cuando crezcas, tendrás que acostumbrarte a que muchas bellas doncellas te cortejen de esta manera! ¿Sabes por qué?—

Lan Zhan ahoga otro estornudo entrante mientras se frota implacablemente su propia nariz, poniéndola roja. Está un poco enfurruñado cuando responde a Wei Ying, sabiendo que el espíritu del zorro solo se burla de él en este punto. —No se por que.—Varios pétalos de girasol continúan sobresaliendo de su cabello, pintando un retrato completamente intimidado del pobre dragón bebé.

—¡Las bellas doncellas arrojan flores a los hombres que admiran y con los que quieren estar! ¡De donde vengo, todas las bellas doncellas dan a conocer sus sentimientos a los chicos que les gustan, de esta manera!—