ATENCIÓN: este capítulo cuenta con escenas sexuales fuertes y de abuso físico. Leer bajo su propia supervisión. Si no te gusta, pasalo de largo hasta el final, gracias por leer.♥
Maya no era la chica más simpática del mundo, pero trataba de salir adelante y llegar a cumplir sus sueños. Era lo único que le quedaba después de que la hubieran destruido por completo.
Desde pequeña los demás decidían por ella, cómo vestir, qué comer y cuando hacerlo. En qué escuela estudiaría y a qué facultad iría, era difícil salirse del molde de dos hermanos mayores perfectos. Estaba harta de aparentar ser alguien más, como si también decidieran cuál era su verdadero ser.
La única amiga que tenía era Luisana, pero desde su desaparición las cosas se habían vuelto difíciles. Su padre ya no confiaba en el Colegio pero aún así la obligaba a asistir, ella quería irse de alguna manera.
El día en el que se enteró que la dulce chica que se convirtió en su mejor amiga estaba muerta, casi termina con su vida. Pero no pudo hacerlo, alguien la detuvo.
Se sentía demasiado culpable, esa noche de su desaparición se había negado a acompañarla a la casa de findesemana de su tío. Tenía asuntos pendientes, por no decir un compromiso al que no podía faltar.
Desde que aquel hombre vio detrás de la máscara que se colocaba día tras día, todo su mundo se derrumbó. Ahora él era su dueño, dueño de su propia verdad.
Nadie podía saber el secreto que ella guardaba. Era la única garantía que tenía para irse de aquel lugar. Si no, sería demasiado tarde.
Esta noche volvería a reunirse con él, se sentía sucia antes y después de su encuentro. Él no era para nada gentil, tomaba lo que quería y después la echaba. Un verdadero monstruo.
Se quitó el rosario que le había regalado su abuela y lo dejó en el tocador. Sus rizos rubios caían hasta sus hombros, tenía que ser fuerte, de lo contrario, no quedaría nada de ella en pie.
Él la citó por medio de un mensaje en el salón de mantenimiento. Solía cambiar de lugar cada tanto para evitar que lo descubrieran, muy dentro de sí esperaba que alguien lo haga, ese mismo día estaba a punto de decirle todo a la profesora en cuanto se lo preguntó. Pero también sabía que si caía esa basura, ella caería con él y todo lo que sabía.
—Te estaba esperando. Llegas tarde.
Su camisa ya se encontraba desabotonada, la agarró con fuerza del brazo y la obligó a colocarse de espaldas. Su mejilla impactó contra la pared fría, sólo una pequeña lámpara alumbraba su rostro en aquella oscuridad.
Rápidamente se deshizo de su remera del colegio, su corpiño le fue arrancado y manoseó sus pechos sin ningún pudor.
A ella le dio náuseas, su respiración intranquila le hacía cosquillas en la oreja. Pero prefería que la tome de espaldas, para no tener que ver si horrible rostro. Después de que su agarre bajara por su cintura desnuda le desabrochó la pollera. Debajo de ella, sus muslos esperaban a ser inmovilizados.
Él se bajó los pantalones, a Maya se le cortó la respiración. Fue rápido y cruel, la embistió de manera violenta, como si estuviera exorcisandose. Intentó gritar para hacer que esa tortura se acabe, pero él la amordazo con la palma de su mano. Una lágrima bajó hasta su mejilla, volvía a destruirse en ese promiscuo acto de maldad.
—Me calentas mucho, no entiendo por qué saliste tan desviada. ¡Quedate quieta, nena!
¿Por qué a ella? Seguía preguntándose. ¿Por qué entre tantas personas en el mundo, le había tocado una suerte similar? Él le repetía que era su culpa, que se la había buscado sola, cada vez que la agarraba del pelo para estamparle un beso que le dejaba un sabor amargo en las entrañas.
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La Mala Influencia
Mystery / Thriller¿Que pasaría si no fueras el dueño de tus acciones y que el pasado es, en realidad, producto de una mentira? Giselle es nueva en la pequeña ciudad de Juárez, en donde su madre pasó la mayor parte de su vida antes de fallecer en un trágico accidente...