適応 A sus diecinueve años, Sana debería estar apoyando a su banda favorita, yendo a centros comerciales a mirar la ropa de temporada que ha llegado, o estar juntando dinero para su graduación de preparatoria. Pero no, a sus cortos (o largos) diecinue...
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La casa de Sana es hogareña. Dentro está decorada con adornos de madera y en la pared hay fotos familiares colgadas, cuando entras por la puerta, lo primero que ves son las escaleras que te llevan arriba, a las habitaciones. Tzuyu olfaeta para sentir algún olor extraño -su alfa le ordena hacerlo, en modo de protección-, pero sólo siente el de Sana.
—¡Mamá, ya llegué! —La menor grita por sobre la música que está puesta.
La omega le indica a la peliazul que deje las cosas sobre el sillón. Una señora de cabello largo y castaño oscuro, sale de la cocina, no es muy delgada pero luce bien. Su cara es guapa y tiene las mismas cejas y labios que Sana. Tzuyu ya ha visto antes a la madre de la omega, sólo que nunca se fijó exactamente como era.
—¡Oh, Sana!, llegas algo tarde, ¿no crees? —La beta tiene una espátula en la mano y la otra está manchada.
—Sip, fui con Tzuyu a hacer unas cosas —la omega se acerca a su madre para darle un abrazo. Tzuyu se queda en su lugar.
—Hola, Tzuyu. ¿Te quedarás a comer, querida?, si es así, es un placer para nosotros tenerte aquí.
—Buenas tardes, señora Minatozaki —asiente.
—Esta bien, si las dos quieren comer tendrán que esperar un poco, porque todavía estoy empanizando la carne
—Esperamos entonces —La castaña dice, contrayendo sus hombros.
—¿Por qué no van arriba a esperar? —Sin sus manos, la señora Minatozaki empuja a su hija hacia las escaleras—. Total, embarazada ya estás.
—¡Mamá! —Le reprocha la menor pero su mamá sólo se ríe, caminando a la cocina—. Ven Tzuyu, te llevaré llevaré conocer mi habitación.
Con las mejillas rojas, ambas suben calmadamente cada escalón. Sana abre una puerta pintada de color morado. En las paredes hay pósters de unicornios o de alguna caricatura animada.
—Tu habitación es... —Tzuyu frunce el ceño, buscando alguna palabra -amable que decir.
—¿Infantil?, lo sé —asiente, pasando la fina mano por la figura de uniqua—. La unica 'remodelación' que hice fue cuando tenía 10 y era súper fan de los backyardigans y ponys en esa época, discovery kids fue un canal por internet muy entretenido —Tzuyu esboza una pequeña sonrisa al ver lo tierna que suena Sana explicando, sin embargo, la menor no la ve.
—Eso explica... todo, prácticamente.
—Pero, ¿no te gusta?
—Sí, digo, es lindo, creo.
—Yo misma pegué cada pósters en la pared —ella mira al rededor, sonriendo con orgullo— mamá creía que era obsesiva y que algún día-
De golpe, la omega deja de hablar y sus ojos se nublan, su pequeña y rosada boca se abre pero no sale nada de ella.