適応 A sus diecinueve años, Sana debería estar apoyando a su banda favorita, yendo a centros comerciales a mirar la ropa de temporada que ha llegado, o estar juntando dinero para su graduación de preparatoria. Pero no, a sus cortos (o largos) diecinue...
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—¿Cómo vas con Tzuyu? —Jackson mete la cuchara al bote de helado de fresa.
Sana encoge sus hombros.
—Ha estado enfadada.
—¿Alguna razón en especial?
—Ha conseguido un nuevo trabajo, por la noche. No duerme bien y la pone de mal humor.
—Me imagino
—Además... ayer llegaron los resultados de la Universidad local —ella tuerce la boca.
—¿No fue aceptada?
—Pasó el examen pero no le dieron un lugar porque estaban excediendo el límite de alumnos. Fue una mierda, eso la dejó peor.
—Lo siento por ella.
—Ella está triste, aunque diga lo contrario.
Han pasado tres semanas desde que salieron de vacaciones. Momo, Dahyun y Jihyo estaban en el viaje de graduación, así que el único amigo disponible era Jackson. Su compañía era agradable y a Sana le divertia.
—¿Qué harán para vacaciones? —preguntó luego el alfa.
—Probablemente nada. Tzuyu seguro trabajará todos los días.
—¿Y tú, noona?
—Me quedaré aquí, con ella. No quiero salir de paseo mientras ella trabaja día y noche, literalmente. No es justo.
—¿Ella aún sigue con la idea de que no trabajes?
—Ahora sí no puedo hacerlo. Casi no aguanto mucho tiempo en una posición, me cansó mucho y la espalda me mata.
—Ouh, lo siento noona.
—Está bien. Valdrá la pena.
Hubo un breve silencio.
—Mierda, esto debería ser sorpresa pero... El tío MinHo está organizándote un Baby shower con mi familia. Si te dicen, actúa sorprendida y no digas que la cagué.
—¿De verdad? —la menor sonríe, achinando los ojos—. Que lindo de su parte.
—Él es así.
Ellos siguen platicando de diferentes cosas, Jackson le cuenta sus planes para las vacaciones y le dice que si gusta, se puede unir a él. Dan las siete de la noche y Tzuyu llega, luciendo cansada y harta de todo.
—¿Qué haces aquí? —Ni un saludo ni nada, sólo una pregunta hostil para su primo.
—Haciéndole compañía a Sana, nada más.
—Ya puedes irte, entonces —contesta Tzuyu secamente.
—Tzuyu no tienes que ser grosera —la omega le dice, regañándola.
Sin prestar atención, la peliazul va a la cocina para prepararse algo de cenar.
—Te dejo, noona. Nos vemos después —la abraza cortamente y le besa la punta de su nariz, para después salir e irse.
