"Yo te prometo amor, que ni la muerte podrá separarnos, y si la vida me aleja de ti, yo me alejaré de ella"
La belleza de lo común, es algo que muy pocos pueden valorar, cegados por la falsa ilusión de algo único y maravilloso.
Como una simple flor...
La noche había caído hace ya un par de horas, las luces de la ciudad se presentan ante los ojos del joven tranquilo, que sentado en una silla del balcón, toca una suave melodía de guitarra.
Porque sí, Hyunjin también tocaba la guitarra.
Se preguntaba mentalmente cuál era la razón de su insomnio ese día, si era la taza de café que tomó en la tarde, si era el lienzo donde pensaba hacer su pintura el cuál aún se encontraba en blanco, o si era aquél jovencito rubio que dejó en su casa horas atrás.
Y es que Hyunjin ya no podía concentrarse en nada que no fuera él, la inspiración era poca incluso para tocar la guitarra, el deseaba estar tocando otras cosas en ese momento. La cintura del rubio mientras lo besaba, por ejemplo.
—¿Qué sensaciones nuevas y desconocidas son estas, Hyunjin?- habló para sí mismo.
Tomó su teléfono para ver la hora que marcaba la 1:25 de la madrugada, para próximamente irse a acostar aún si no lograba conciliar el sueño, mientas pensaba también en que quizás ese día debía contestar todos los mensajes ignorados en su teléfono y trataría de hablar con sus padres.
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1:25am marcaba el reloj y el pequeño Jeongin seguía llorando, son su carita en medio de sus piernas y un par de sábanas encima de él, y es que la conversación que tuvo con sus abuelos luego de llegar a casa lo había hecho sentir muy triste, y vaya que él había llegado feliz después de su tarde con Jinnie.
—¿Cómo se te ocurre llegar a casa a estas horas Yang Jeongin?- había dicho su abuelo
—Yo...lo siento, me distraje.
—¿Te has dado cuenta lo peligroso que es para ti andar por ahí Jeongin? ¿Qué tal si te pasaba algo? ¿Acaso no piensas?- gritó su abuela.
—¡Solo salí con un amigo!
—¡No tienes tiempo para salir con amigos Jeongin! Estás a un paso de estar muerto, ¿Te das cuenta de eso? Si algo te pasa necesitas está aquí, con nosotros, ningún amigo tuyo se tomará el trabajo de llevarte al hospital cuando te pongas mal.
—¿Entonces debo quedarme encerrado aquí hasta que me muera?
—Exactamente Jeongin, nosotros estamos cuidandote, sabes que tu estado es muy delicado- habló su abuelo ya con un tono más tranquilo.
Pero Jeongin sentía impotencia y sentía mucha tristeza en su interior, nuevamente volvía a caer en su realidad. Aceleró su paso hasta las escaleras y al estar arriba gritó
—¡Vine aquí para pasar mis últimos días en paz, no para ser encerrado!
Luego de eso se encerró en su cuarto a llorar, como tantas veces en el pasado, preguntándose si hizo bien en venir a vivir con sus abuelos, y es que tampoco tenía muchas opciones, su madre se había vuelto casi loca al enterarse de que sus días en la tierra estaban contados y su papá huyó lejos de él al enterarse de su enfermedad, ya años atrás.
Jeongin se había dicho a sí mismo que sería fuerte, que viviría feliz el tiempo que le quedaba, pero a veces era muy difícil.
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Al día siguiente en la mañana, por alguna razón Jeongin había decidido ir a la papelería de la ciudad, sin razón ni motivo alguno.
Mentira, fue porque desde que conoció a cierto pintor, el tema del arte le había llamado mucho la atención.
Esa mañana, para su suerte, Hyunjin le mandó fotos de sus pinturas y dibujos, y había una en especial que le llamó mucho la atención por la textura que tenía, y era la pintura de acuarela. Tal vez Jeongin podía aprender a pintar un poco.
Estaba mirando los estantes buscando algo que le pudiera servir cuando de la nada, de nuevo ese "alguien" apareció.
—¿Qué hace el mariquita raro por aquí cerca, ah?
Vaya que su día se había ido al carajo. Ahí estaba Seungmin, su vecino de al lado que no hace más que molestarlo con todo lo que puede desde que lo conoció.
Y más cuando Seungmin descubrió que Jeongin le había confesado su amor a su amigo Christopher, y desde entonces ambos no paraban de decirle "mariquita raro".
—Solo vine a comprar unas pinturas, pero no las encuentro, creo que ya me iré.- empezó a caminar rápido hasta la salida de la tienda, creyó haberse salido con la suya, hasta que pasando por el callejón de al lado de la tienda su cuerpo fue empujado hacia el suelo.
—No hay nada como molestar maricas en la mañana.- soltó Seungmin desde la altura, mientras Christopher alias "Chan" se paraba detrás.
—Por favor no hoy, no me hagas nada hoy, tuve una mala noche, solo quería distraerme un rato.- sentía como en sus ojos se acumulaban las lágrimas.
—Entonces es una lástima marica, porque no todos los días tus abuelitos te dejan salir, y no se puede desaprovechar una oportunidad como esta.
Una patada fue directo a su estómago haciéndolo tirarse en el piso con una mueca de dolor.
—¿Querías pinturas?.- sonrió extendiendo su mano hacia Chan, este le entregó un bote de pintura verde.- ¡Ahora abre la boca!
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aaaa gracias por leer, me alegra que más personas estén leyendo esto, perdón por la poca interacción de los personajes en este cap, es que me gusta el drama y el sufrimiento ksks