Olvidada || Bela Dimitrescu

11. Contigo

Los días se han vuelto más ligeros y agradables. Bela te ha convencido para que le des una oportunidad y cada día te trata con mimos y ternura. Su enfoque es lento, siempre dándote suficiente tiempo para expresar o mostrar tu desaprobación antes de que ella ejecute por completo sus acciones. Siempre busca cualquier señal de incomodidad.

Es dulce, Bela es tan cariñosa como recuerdas. Bueno, tal vez no para las criadas, pero para ti y su familia, es atenta. Los días que pasas en el invernadero charlando y haciendo jardinería te otorgan una estrecha amistad con Bela. Ella confía en ti como solía hacerlo. Ella se queja contigo de su estrés, de sus hermanas y, a veces, de su madre. De una manera amorosa, pero exasperada, como: 'No puedo creer que Daniela esté peleando con Cassandra por la híbrida en el sótano, y Madre me ordenó que me asegurara de que Cassandra no mate a la maldita cosa porque Daniela hará una rabieta'.

Las Dimitrescu son excéntricas, pero son como cualquier otra familia, si todas las demás familias incluyen una dieta de carne y sangre crudas.

Además de trabajar en el invernadero, tienes todo el tiempo en el castillo. Bela te ha dicho que ya no eres una sirvienta y que puedes hacer lo que quieras. Ella quiere que seas una huésped bienvenida en la casa de su familia, y te sientes bienvenida. Incluso Cassandra ha bajado el tono de sus amenazas; hoy en día son más una broma.

De todos modos, sirvienta o no, todavía llamas a la sala de estudio de Bela todas las tardes con una taza de té y sangre.

Como ahora mismo.

Está estudiando, investigando para el experimento de Cassandra. El nuevo espécimen que la Madre Miranda había creado. Una híbrida zorro-humano, no estás segura, pero Daniela te ha dejado boquiabierta al respecto. Ella está tan feliz de tener una 'cachorra' en el castillo.

Estás preparando el té de Bela junto a la chimenea y es entonces cuando se da cuenta de que a la bandeja le falta un ingrediente vital. —Leslie, ¿te olvidaste la...  mi bocadillo...? —Bela arrastra las palabras. Sabe que conoces su peculiar dieta y las has visto alimentarse, pero no sabe qué tan cómoda te sientes con esa información.

—No me olvidé de tu bocadillo. —Enfatizas la palabra ya que Bela usó un eufemismo—. Puedes decir las palabras, Bela: carne y sangre. Sé lo que haces para sobrevivir y te acepto por ello.

Bela resopla juguetonamente, pero una sonrisa se asoma en sus labios; se siente aliviada de saber que comprendes lo que es. —Bueno, si no lo olvidaste, ¿por qué falta? —pregunta con una sonrisa descarada.

—No falta nada. Estoy justo aquí, ¿no?

La sonrisa de Bela cae y se convierte en sorpresa. —Tú... ¿me estás sugiriendo que lo haga?

—No estoy sugiriendo, estoy ofreciendo.

—Leslie, sabes que no tienes que-...

—Lo sé —intervienes. Sí, eres consciente de que no tienes que darle tu sangre a Bela, pero quieres que ella beba de ti—. Como dije. Te ofrezco, Bela. Quiero que tomes de mí, pero si no te sientes cómoda con eso, puedo conseguir un vial de la cocina.

—¡No! Quiero decir, sí quiero tu sangre... —Bela se muerde los labios con desprecio. Tu sangre es, con mucho, la mejor sangre que jamás haya probado. Solía ​​negarlo, pero ha estado deseando tu sangre desde que te despidió.

—Has estado bebiendo de mí antes y yo ya estaba dispuesta entonces. —Le dices mientras tomas el cuchillo que trajiste de la cocina—. Esta vez, quiero que lo hagas porque quiero que sepas que confío en ti —siseas de dolor cuando el cuchillo te corta la palma. La sangre se filtra rápidamente. Inmediatamente la colocas sobre el té de Bela permitiendo que tu sangre gotee por el líquido caliente. Una vez que crees que has puesto suficiente, quitas la mano para presionar una tela sobre ella.