Olvidada || Bela Dimitrescu

10. Por favor, lo siento

Al día siguiente, Bela está decidida a hablar contigo. Cuanto antes se explique, antes podrán trabajar en su frágil relación. Tiene la esperanza de que le des una oportunidad una vez que te lo explique. Quiere hablar contigo, pero cuando te ve, se ahoga y se aleja.

Ella tiene demasiado miedo para enfrentarte. ¿Qué pasa si no quieres reconciliarte? ¿Qué pasa si es demasiado tarde? ¿Y si todo lo que le espera es rechazo?

No, ella no puede pensar de esta manera antes de intentarlo. Ella tiene que intentarlo. Ella nunca se perdonará si te escapas de su agarre sin luchar.

Intentar. Ella tiene que intentarlo.

Al día siguiente, Bela jura que lo intentará. Ella logra acercarse a ti. —Buenos días —saluda, tratando de ser lo más amable posible. El pequeño coraje que Bela aprovechó se disuelve en tu monótona respuesta.

—Buenos días, Lady Bela.

Eso es todo, nada más. Ni siquiera la miras. Trabajas y dejas su presencia antes de que ella pueda animarse a seguir hablando. Bela aprieta los dientes y aprieta los puños. Por supuesto, ella anticipó que serías dura o estarías enojada, pero apenas hay emoción en la forma en que le hablaste.

Bela desea que te enojes o le grites o algo así, cualquier cosa será mejor que tu indiferencia y comportamiento indiferente. Se siente enferma como si un lycan le hubiera abierto un agujero en el pecho durante una fría tormenta de invierno. A Bela le duele y suplica a cualquier deidad que esté escuchando, 'por favor, no dejes que este sea el final para nosotras.'

Este día, Bela vuelve a intentarlo y jura esforzarse más para que hables. Te encuentra en la biblioteca con Daniela y Tuyen. Tan pronto como la ves, tu sonrisa se vuelve pensativa. Bela se desanima, pero Daniela le regala una sonrisa y un sutil gesto de '¡adelante!' incluso Tuyen le ofrece un asentimiento. Sin embargo, no cambia la forma en que actúas hacia ella. Miras a cualquier lado menos a Bela cuando habla. Tus respuestas son breves y nunca dejan espacio para una conversación continua. Cualquier tema que presenta Bela muere en segundos. Después de sólo un minuto más o menos, te disculpas, dejando a Bela mordiéndose los labios para resistir el llanto.

Esto no funciona...

—Ya te hará caso, Bela —dice Daniela mientras le frota la espalda.

¿Lo harás? Se siente tan desesperanzada. Ahora, se está dando cuenta de que esto es por lo que te hizo pasar. No, mucho peor. Trató de usarte para el sexo, a pesar de saber que la amas. Trató de manipularte a ti y, dioses, ella es de lo peor.

Si intentaras la misma manipulación con ella... Bela sabe que la destruirá a ella también. Ella te hizo esto. ¿Qué derecho tiene de hablar contigo?

—Yo... la cagué, Dani... No sé qué hacer. —La visión de Bela se vuelve borrosa mientras sus ojos se llenan de lágrimas—. Tengo miedo de que sea demasiado tarde. ¿Qué pasa si ella no-...

—¡No te rindas, Bela! Ella todavía te ama. Sé que lo hace, pero tienes que demostrarle que la amas también.

—¿Cómo sabes que lo hace? Debería odiarme por lo que traté de hacer —Daniela tiene esperanza y apoya a Bela porque no sabe lo que hizo—. Traté de tener sexo con ella. Esa noche, traté de seducirla y usé sus sentimientos para manipularla.

—Ella no sabe que ahora es diferente, Bela.

—No es tan simple, Daniela —intenta explicar pero Daniela la calla con una mirada.

—No, no lo es. ¿Y qué? ¿Vas a dejarla ir? ¿Qué pasa si nunca regresa? La perderás para siempre esta vez.

Los ojos de Bela se abren en estado de shock. Ella no ha considerado eso. Si puedes recordar tu pasado entonces recordarás esto. Entonces... —No.