Lamentos y convicciones

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El sol se habia ocultado, indicando el fin de aquel día lleno de llanto.

Fuera del apartamento, la tercer hermana no hacía más observar sin rumbo alguno desde un barandal; liberando lágrimas sin detenerse.

-E-era cuestión de tiempo para que ocurriera. Alguien como yo nunca tuvo oportunidad...- Dijo sin parar de sollozar.

Los exámenes serían pronto, ella veía esto como una oportunidad. Si lograba sacar la mejor calificación entre sus hermanas se le declararía, esa fue la forma en la que lograría conseguir el valor.

Pues ella pensaba que de conseguir esto significaba que realmente podía lograr lo que se propusiera.

Se lo prometió a si misma, pero ahora no le veía sentido.

Llevaba tiempo conteniendose por su miedo al rechazo, ahora experimentaba algo peor a eso.

El arrepentimiento.

Los deseos de estar junto a él solo parecían eso mismo, deseos absurdos que nunca se cumplirían.

Se decía a sí misma que dejara de llorar, pero eso era lo único que podía hacer. Solo de esa forma lograba sentirse mejor.

No podía olvidar esa sonrisa, cada vez que cerraba los ojos aquella imagen volvía a su cabeza.

Aquella expresión de felicidad en el rostro del Son podía no tener significado alguno para otra persona, pero ese no era el caso de Miku.

Era mucho más que un simple atractivo superficial, cada vez que la veía recordaba esos momentos donde él la ayudó a creer en si misma.

Para ella era un símbolo de esperanza que le hacía confiar en que las cosas realmente pueden mejorar.

Cuando sentía que no podía lograr algo, lo veía a él. Como si de verdad estuviera a su lado.

Ella lo admiraba y deseaba poder decírselo algún día, sin embargo, había algo que anhelaba aún más. Quería que el también le dijera lo mismo que ella pensaba.

"Miku, eres increíble"

Una frase que solo podía escuchar en su imaginación.

Nunca tuvo claro que es lo que quería lograr, ¿ser una copia de Nino? Ahora que lo pensaba esa podía ser la respuesta.

Queria cocinar tan bien como ella, quería ser tan valiente como ella, quería ser tan linda como ella...

Miku no era capaz de mirar su rostro en el espejo, creía que no había nada que valiera la pena observar. Por eso tenía su cabello de esa forma, genuinamente pensaba que si cubría su cara de esa manera podría ocultar las imperfecciones que creía ver.

Entendía a la perfección la razón por la cual Goku no la escogió a ella. Ahora mismo se encontraba llorando lamentándose en lugar de buscar una solución.

¿Cómo pudo ser tan tonta? Alguien como ella nunca tuvo oportunidad contra Nino.

¿Qué diría si la viera ahora? ¿Acaso se decepcionaria?

¿Qué haría él si estuviera en su lugar?

-......

Limpió sus lágrimas con su antebrazo, al mismo tiempo trataba de regular su respiración, consiguiendo así disminuir el volumen de los sollozos.

Debía seguir adelante... ¿sin él? Aún no se sentía preparada para eso.

Todavía lo seguía necesitando, requería a alguien que la apoyara. Una que le diga que todo estará bien cuando parezca que no es así.

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