Capítulo 9

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parte 2

¿No les pasa que algunas veces odiamos en algunas ocasiones a nuestros hermanos? Yo no los odio, pero creo que a Casey la estoy empezando a... odiar.

―Oh vamos chicos. Solo es un besito, no les cuesta nada.

Como rayos le voy a dar un beso.

Ósea, si quiero. Pero no.

Ahg ya ni yo me entiendo.

—Vamos chicos, sólo es un besito —insiste Casey— no se pongan chiviados.

—Casey, deja de insistir —habla Harry—, si no quieren es porque no. No tienes que estar demandando que se besen en cualquier momento.

—No seas aguafiestas, sólo es uno. Ni que les estuviera pidiendo que se den muchos.

—Pero es que no queremos —Habla James.

Yo si quiero.

—Es cierto, no queremos —hablo soltando un suspiro— no puedes obligarnos.

—Está bien, entonces miremos la película ya — dice Casey rendida.

—¿Qué película miraremos? —Pregunto.

—Yo propongo —dice Harry— que miremos Wall -E.

— Si, me parece buena idea —dice Casey.

—Yo opino lo mismo —contesto.

—Pues bien, ahora lo pongo. —dice Harry. Deja en la mesita de la sala su sopa y se levanta para poner la película.

Una vez ya puesta, vuelve a su lugar y dice: —No quiero escuchar a alguien hablando, ni molestando; tampoco que se anden levantando a cada rato. Vamos a disfrutar de esta maravillosa película y todo en silencio. ¿Entendieron?

—Si señor —contestamos los tres.

—Bien.

La película empieza y todos nos concentramos en eso. Nadie habla y nadie se mueve por miedo a Harry... los minutos pasan y como es de costumbre en mi cuerpo, que cada que Harry hace esas advertencias a mí me dan ganas de ir al sanitario.

Mi cuerpo está acostumbrado a desobedecer a Harry.

No digo nada, pero me quiero mover porque ya no aguanto.

Tranquila, no pienses en las ganas.

No puedo dejar de pensar en eso que empiezo a moverme.

—¿Sucede algo Idania? —pregunta susurrando James.

—No, no sucede nada.

—¿Segura?

—Sip.

—¿Qué les dije? —nos pregunta Harry— Idania, ¿empezamos con eso?

—¿Qué eso? —pregunta James confundido.

—Ay Idania —dice Casey—, siempre con lo mismo.

—¿Qué sucede? —sigue preguntando James.

—Na-nada, no pasa nada.

—Si que pasa —habla Casey—, y es que cada que Harry hace la advertencia a esta señorita —me señala— le dan ganas de ir al sanitario.

Finaliza y empieza a burlarse.

Que gracioso.

Si Harry no dijera eso, a mí no me darían ganas de ir. Estoy acostumbrada a desobedecer a Harry.

―Si claro, pero cuando te conviene no me desobedeces ¿cierto?

Un Hermoso AtardecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora