Capítulo 11

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Ya era sábado, ¿emocionada? Bastante. El día de ayer quedamos con mis "amigos" ―así les diremos jeje, porque en algún momento lo fueron― en irnos a las diez de la mañana, nos juntaríamos en mi departamento, para así ir al aeropuerto en el auto.

Según ellos el auto sería de James, cuando les comenté que él iría les resultó curioso que él fuera, me dijeron que no importaba y que podía ir sin pena... Pero luego me preguntaron si él tenía auto, y esa pregunta me hizo entrar en confusión. Yo inocentemente les dije que, si tenía, a lo que llevo a que si el nos hacia el favor de llevarnos a todos al aeropuerto. Cuando lo mencionaron entre en pánico. Y rápidamente lo llame.

―Hola, señorita.

―Hola, James ¿Qué tal estás? ―le pregunté nerviosa.

―Ah, pues todo bien. ¿Tú qué tal?

―Bien, también.
Y después de eso nos quedamos en silencio. Uno un poco incómodo, no sabía ni como decirle lo que me habían dicho mis amigos con eso.

―¿Necesitas algo?
Preguntó luego de un rato.
Y yo entre en pánico. Mucho pánico.

―Ah, es que... les dije a mis amigos que tú irías.

―Ajá ―contestó en un tono interesado.

―Y pues...

―Han dicho que no puedo ir ―no lo preguntó, si no que sentí que lo confirmo. A lo que yo me negué rápidamente.

―No es eso, ellos están muy ansiosos en conocerte. Pero... me han hecho una preguntita.

―Y, ¿cuál es la preguntita?

―Me han dicho si... túú...

―Ajá.

―Nos llevas a todos en tu auto.
Después de decir eso, hubo un silencio bien feo.

―¿Mi auto? ―Preguntó incrédulo.

―Siii, eso me han dicho ―le contesté avergonzada.

―¿Por qué los llevaría yo?, eso no lo tenía en mente. Sólo pensaba en ir a traerte e ir juntos al aeropuerto.

Uy, juntos.

―Es que pues... Carl que es el único que tiene carro, pues ha dicho que su auto está en reparación. Así que me han preguntado. Yo ya no les dije nada.

―Bueno, pues que va. Nos vamos en mi auto.

―No tienes por qué hacerlo. Yo simplemente te lo quería comentar. Podría decirles que, si tienes, pero que los has prestado o algo.

―Noo, está bien. No me importaría.

―¿Seguro?

―Muy seguro, ¿sólo para eso llamabas?

Ay.

―Este, mmm ¿si?

―Valeee. Que tengas linda noche eh.

―Ah sisisi, gracias. Igualmente ―sonreí.

Y colgamos, eso fue todo de la conversación del viernes, y ahora estoy muy nerviosa por lo que fuera a pasar, ya casi se acercaba la hora para que nos fuéramos al aeropuerto.

***

Un tiempo después, ya iban a ser las diez y estaba super ansiosa. Tocaron la puerta de mi apartamento y fui a ver quien era.

Y no me lo esperé. La persona fuera era Elisa. Seguía guapa como siempre, con el cabello largo y negro, ahora usaba lentes (aunque no sabía con exactitud si eran accesorios), iba vestida con un pantalón formal suelto de color negro, una blusa de color rojo sin mangas y unos tacones bajos negros.

Un Hermoso AtardecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora