Capítulo 12

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Mientras estábamos en el avión... pasaron cosas, lo primero que pasó fue... que me caí, y ay fue bien vergonzoso, les cuento.

Estábamos sentaditos los dos, él durmiendo y yo viendo en la ventana, cuando de repente me dieron ganas de ir al sanitario. Así que me levanté despacio tratando de no despertar a nadie, en el avión había silencio así que trate de ser sigilosa.

Cuando logré salir de mi asiento, fue cuando un señor durmiendo estiró su pierna y...no me di cuenta y tropecé con él.

Cuando caí de rodillas, se escuchó un golpe seco. Fue ahí cuando Elisa se empezó a reír, al parecer ella estaba despierta y... terminó despertando a los demás, algunos soltaron pequeñas risas y yo me puse rojita por la vergüenza que sentía, James se levantó y me ayudó. Yo con la cara en alto me fui corriendo hacía el sanitario. Hice lo que tenía que hacer, pero ya no quería salir de ahí.

Así que tuve que tomar el valor para salir, con toda la seguridad que pude reunir fui hacía mi asiento, mientras pasaba por el lugar de Elisa y George ella empezó a "toser" y mientras ella hacía eso dijo: «torpe», yo sólo puse los ojos en blanco y me senté con los brazos cruzados.

Eso nadie tuvo que haberlo visto.

Concuerdo.

Pero fue algo que vieron, y que esperaba que nadie me lo estuviera diciendo a cada rato.

Luego de eso pasó otro evento.

Con James estábamos platicando de los lugares que nos llamaban la atención, cuando de pronto él me empezó me empezó a hacer cosquillas, de tanto que me estaba riendo me empecé a ahogar con mi saliva, me empecé a poner roja y James estaba casi entrando en pánico porque no sabía qué hacer. Todos me empezaron a ver con preocupación hasta que llegó una azafata a mi auxilio. Cuando logré recuperarme, todos empezaron a preguntar si ya estaba bien. Yo les contestaba que ya y que no pasaba nada, James se sentía tan culpable que no paraba de preguntarme si estaba bien, y de darme besos en la cabeza, aparte de que a cada rato me estaba pidiendo perdón.

Creo que ese no era mi día.

Y es que pasó otra cosa. Y esa fue la última para hacer el viaje algo interesante.

Noten la ironía.

Pasaba que la azafata pasaba para dejar algunas golosinas, James pidió algunas para nosotros. Y no sé qué pasó la verdad, pero creo que la azafata estaba tan embelesada de la belleza de James, que cuando ella agarró las golosinas una bolsa me callo en la cara.

De nuevo Elisa se empezó a reír, y la azafata, abrió demasiado sus ojos y se puso roja, empezó a pedirme perdón. Ahí sí sólo asentí y ya no le dije nada.

Estaba muy enojada y celosa. Exacto. Celosa porque ella no paraba de verlo, y aparte de eso ella me da con una bolsa en la cara.

En fin, eso fue lo que pasó en el avión. Chistoso para algunos, y para mí. El peor momento de mi vida, sólo esperaba que en este viaje no volvieran a suceder cosas así.

Ahora no encontrábamos en un auto de James, sip de James. Le pregunté cómo le hizo para tener un auto aquí. Pero no me contestó, sólo me dio casto beso en los labios y camino más rápido. No entendí porque no me quería contar, pero tampoco quería insistir.

Así que nos encontrábamos en el auto. Los chicos atrás iban platicando y James y yo íbamos en silencio hasta que él lo interrumpió.

―Podrías poner música por favor.

―Claro, pero ¿de tu teléfono?

―Noup, quiero conocer tus gustos, esto tiene Bluetooth así conéctate.

Un Hermoso AtardecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora