🎮 gamer 𖥻soojun

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🎮 𖥻 gamer ۪ ⊹ ˑ ִ ֗

Luego de una larga tarde de pedalear, detenerse a comprar, jugar, reír y charlar, Beomgyu y Yeonjun regresaban nuevamente hacia el hogar donde ambos se hospedaban por el momento, uno porque ser familia directa y el otro por simple gusto.

La noche comenzaba a caer poco a poco, el clima descendía casi al punto de congelar sus dedos y tintar de rosa sus narices y mejillas. Pero a pesar de eso, ninguno sentía el frío en realidad. Imposible hacerlo cuando el interior de ambos se sentía gloriosamente cálido gracias a la compañía del otro.
Aquella tarde, los dos chicos lograron formar un pequeño vínculo de nuevos amigos demasiado rápido, pues descubrieron que la compañía del otro era agradable. En ningún momento el ambiente se había tornado incómodo a pesar de que Yeonjun solía ser tímido. Gracias a Beomgyu que era un alfa bastante alegre y expresivo, fue fácil que el omega se sintiera en confianza y dejara su timidez de lado.

Sin dudas, ese día había sido reconfortante para Yeonjun. Porque luego de lo que pareció ser mucho tiempo, obtuvo un día donde pudo disfrutar y compartir con alguien. Agradecía mucho que el alfa menor hubiera sido si compañía.

ㅡSabes... ㅡhabló Beomgyu cuando llegaron y entraron por el patio trasero para dejar las bicicletas.

ㅡ¿Sé qué? ㅡcuestionó Yeonjun esperando a que el contrario terminara de hablar.

ㅡYa sé porqué no pasas tanto tiempo con Soobin.

Yeonjun se paró en seco, deteniendo sus movimientos antes entrar a la casa. Con una ceja alzada giró hacia el alfa, que lo miró con una pequeña sonrisa en sus labios, como si lo que acababa de decir no hubiera sido la gran cosa. Haciendo un gesto con sus manos, le indicó que continuara.

ㅡPorque eres pésimo en los juegos, Yeonjun ㅡBeomgyu finalmente dijo con un tono burlón. Recibió un gruñido como respuesta, que contrario a causarle miedo, le causó gracias. El pulso de Yeonjun volvió a la normalidad.

ㅡDios, no me lo recuerdes ㅡdijo el omega entrando finalmente al hogar.

Con desagrado Yeonjun recordó lo que Beomgyu se refería. En el día, por casualidad ya que no planeaba tomar ese lugar como parte de su recorrido, terminaron dentro de un arcade que encontraron. El omega no quería entrar, pero el puchero y los ojitos de cachorro regañado que puso Beomgyu lo persuadieron, por lo que terminaron desperdiciando tiempo y dinero.
Aunque el único que creía haber desperdiciado todo eso fue el mayor, quien vergonzosamente perdió cada uno de los juegos en los cuales habían participado. El menor tenía razón, Yeonjun era en extremo malo en los juegos. El omega decía que ese no era su día de suerte, aunque bien sabía él mismo que nunca sería su día de suerte cuando se tratara de videojuegos.

Eso siguió igual cuando antes de marcharse intentó ganar un peluche de una máquina de garra. Hizo seis intentos seguidos y en todos falló constantemente. Insistió e insistió, pero nada logró. No diferenció si su insistencia se debía al verdadero deseo de tener ese gran y esponjoso oso rosado; o a la vergüenza de no poder obtenerlo y oír la suave risa de Beomgyu a sus espaldas.
Cuando estuvo a punto de rendirse y dejar a la máquina en paz para marcharse, el alfa le dijo que esperara, que él lo intentaría. Fue así que, luego de tres intentos, Yeonjun ahora sostenía una tierna vaquita-hongo entre sus manos. No era lo que deseó al inicio, pero sin dudas estaba contento y apreciaba el detalle que el menor había tenido al regalársela.

ㅡEn serio no puedo creer que no hayas ganado en nada ㅡcontinúo Beomgyu burlándose.

ㅡBasta~ Eres tan cruel al burlarte de mis desgracias ㅡchilló el omega, provocando que el de aroma a jengibre riera.