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— K-koo- oh, y-yo — mierda, maldijo mentalmente, sus piernas estaban temblando, sentía que en cualquier momento caería

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— K-koo- oh, y-yo — mierda, maldijo mentalmente, sus piernas estaban temblando, sentía que en cualquier momento caería.

— ¿Hay algo mal, sunbae? — preguntó un poco nervioso, Kim sintió esa pregunta como una caricia para sus oídos, y bueno para otra parte, al no obtener respuesta, Kook volvió a preguntar; — Sunbae, ¿está todo bien?

— No... ¡quiero decir! ¡Si, todo está malditamente bien!

— ¡Oh! Eso me alegra tanto, porque, bueno, jeje, compré algo para ti.

— ¿D-de verdad?

Tarareó una respuesta afirmativa. Jeon se levantó lentamente de la cama y se acercó con sutileza a Seok.

— ¿Quieres que te lo enseñe?

Enséñame lo que quieras, pensó Jin.

Jung, con poca timidez colocó su mano derecha en su cuello, mientras que la izquierda viajó con cuidado desde la nuca hasta el pecho ajeno.

Con dificultad para articular palabras contestó. — Me gustaría.

El menor le dedicó una sonrisa tan cálida que derretiría todo el polo norte si quisiese, bueno, así lo sintió el corazón acelerado de SeokJin.

Con entusiasmo — y unos grandes osos peleando en el estómago de Jung — lo jaló del brazo hasta llegar a la cama y empujarlo un poco, haciendo que el mayor se sentara en la orilla de esta.

Con la mirada fija en su hyung desabotonó la camisa, poco a poco sus mejillas se fueron poniendo rojas.

— SeokJin sunbae, compré esta camisa para ti, solo busqué una que tuviera los hombros anchos.

Kim sonrió con tanta dulzura que logró acelerar al corazón de Kook.

— Me gusta mucho, gracias, Kook-ah — llevó su mano hacia la mejilla del menor, acariciándola lentamente, hasta que las aplastó, haciendo que sus finos labios se abultaran, lo jaló hasta quedar cara a cara —. Quítatela ahora — murmuró sobre sus labios.

Cuando ya la tenía fuera de su cuerpo optó por tirarla al suelo.

— Kook, Kook, Kook, lindo, ¿tu mamá no te ha dicho que la ropa no se deja en el suelo? — no hubo respuesta, solo unos grandes ojos viéndole — ¿No contestaras, conejito? Perdón, era gatito — la respiración de Jeon incrementó y eso fue identificado por el mayor, quien sonrió con burla —. ¿No la levantarás, gatito? Supongo que tendré que castigarte, ¿cierto?

— N-no, sunbae — y siguiendo la orden, recogió la prenda y se dirigió al armario, que tuvo que abrir con cuidado, pues había algo que esperaba que el mayor usará en un rato más.

— En serio querías combinar todo — rio un poco, el menor se puso frente a él cuando dejó la camisa en su lugar —. Me encanta como te ves de negro — lo jaló de la cintura, acercándolo a él, quedando frente a su pecho, levantó levemente su cabeza, para ver al menor a los ojos —. Kook, me encanta cuando te vistes de negro, te ves más hermoso de lo normal — le sonrió, dejando un besito en su abdomen.

Wanna see my cat?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora