La tentación de tenerte

dia 7: Barco de vela

Itachi había notado raro a su esposo, las vacaciones se tornaron agradables para toda la familia pero en ocasiones Naruto estaba pensativo, quieto y sin decir una palabra.

—Me cambiaron a mi esposo... — Susurra.

Sasuke levanta una ceja para después digir su vista hacia la de su cuñado, quien leía en silencio y no dudo en darle la razón, Naruto su mejor amigo nunca había sido alguien fanático de la lectura incluso Kushina batalló para hacerlo estudiar. Era de gravedad si Naruto estaba leyendo un libro. ¿Es que el calor del lugar le afectó?.

—Tienes  razón ¿quieres que llame a la policía?.

—No.

Itachi mira con intensidad al rubio era claro que algo sucedía y su esposo era demaciado testarudo que nunca le decía nada de lo que pasaba, prefería sufrir solo y cayar antes de pedir ayuda, no niega que aquello le molesta, son esposos prometieron estar siempre en las buenas y en las malas, sin importar que. Naruto era su todo y verlo sufrir solo lo hacía sentirse miserable. ¿No confiaba en él acaso?.
Pero tampoco podía presionarlo para que hablara, no lo haría, naruto era de esas personas que se guardaban las cosas y no decían nada, no seria fácil sacarle información y solo terminarían discutiendo.

Se puso de pie y camino hasta donde estaba su marido, le arrebató el libro de las manos lo que provoca el enfado del doncel. Levanta la vista notando la intensa mirada de su cónyuge, aún después de años no puede terminar de acostumbrarse a la mirada tan intimidante moja bragas de su esposo.

—¿Por que hiciste eso?— pregunta refiriéndose al arrebato brusco de su libro.

Era la única forma que encontró para distraerse de los pensamientos que invadían su cabeza con el tema de un hijo.

—Ven, debes distraerte un poco de este ambiente.

Tomando la mano de su cónyuge lo obliga a seguirlo, caminan por unos momentos hasta llegar  a un puerto,  Veracruz es un lugar hermoso. Las payas y las costas son serenas, el puerto de Veracruz es tan grande que muchos turistas viajan muchas veces.

—si sabes que me mareo en el mar ¿no?.— Pregunto Naruto mirando a su esposo.

—Tranquilo tu boca estará ocupada con una gorda polla.

El rubio se sonroja en extremo,  ama que su esposo le hable sucio pero solo en la intimidad de su habitación. No en medio de la calle.

—¡Eres un desvergonzado!.

—Cariño... eso es de conocimiento público. ¿Crees que no te han oído  gemir por mi?. ¿O que no saben de las veces que hemos tenido sexo en mi oficina?. — sonrie con picardía.

¿Como diablos un hombre caballeroso se convirtió en un pervetido total?. No, si recuerda con claridad conoció a ese idiota mientras tenía relaciones con la bibliotecaria de la escuela. ¡¿como no vio las señales?!. El día que le aventó el libro a la cara fue por el escenario tan obsceno que presenció sin querer en los últimos estantes de la biblioteca una zona que se supone nadie iba. Pero Naruto iba ahí para alejarse de sus compañeros, le gustaba estar a solas de vez en cuando y un sitio solitario como ese era perfecto para desaparecer de la vista de cualquiera pero ese día fue una mala elección. 

Anko la encargada de la biblioteca estaba de rodillas con la boca abierta degustando la longitud del pelinegro, una escena que llenó de enfado al doncel y golpeó al chico con el libro más gordo que encontró en uno de los estantes. Sentia asco por visitar un lugar que bien pudo ser usado de motel, muchas veces a ido ahí para jugar videojuegos, tomando asiento en esos pisos. ¡que asco!.

Al siguiente día, Itachi estaba en su campus quizá para pedirle que no dijera nada al director sobre lo que había visto pero a Naruto poco le importaba como usaba su tiempo libre, le enfadaba que ya no podía ocupar ese sitio.