Dia cuatro: vestidor

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Algo que tanto donceles como mujeres tenían en común era su amor por las compras, sobre todo cuando cuando hay alguna que otra oferta. Pero Naruto a veces era extraño, el menor no le gustaban las cosas extravagantes,  como lo era lucir ropa de marcas prestigiosas, llevar joyas encima, él era de gustos sencillos después de todo creció con el valor de la honradez.

Pero pronto sería la boda de su mejor amigo quien desposaria a la menor de la familia Namikaze, una linda rubia tan traviesa como su madre. Naruko Namikaze era la hija menor del matrimonio, la más consentida quien era actual pareja del menor de la familia Uchiha. Una mujer de 25 años, rubia, de cabello largo con una actitud amable pero siendo el mismísimo demonio.

Y precisamente Naruto tenia que estar ahí junto a demás mujeres escogiendo ropa como "damas" para la boda de la rubia, misma que quería todo hermoso, no se escatimó en precios, después de todo la rubia era una importante modelo y tenía dinero gracias a su carrera.

—¿Que opinas?.

Itachi mira a su esposo, Naruko obligó a su hermano mayor a usar vestido algo que odiaba por que no era mujer, pero debía aceptar que se le veía un buen trasero.

—Otro— sentenció recorriendo con la mirada a su esposo.

—Este es el quinto. Por algo te traje...

—Dije... otro.

—¿que tiene de malo este?— pregunta dándose vuelta para mirarse al espejo, su cabello largo era algo favorable. Era un vestido plateado, su espalda estaba descubierta. Bien podrían confundirlo con una chica.

El pelinegro se colocó de pie para caminar hacia su esposo y situarse atrás de el.

—Veamos— su mano se posó en la nuca del rubio recorriendo su espalda desnuda hasta el comienzo de la tela que era máximo cinco dedos más arriba del inicio de sus glúteos. — Esta cerca de esto y— la misma mano baja a sus piernas meriendola por la abertura de la larga falda manoseado la intimidad de su doncel — esto. Son míos ¿sabes?.

El rubio deja escapar un jadeo por el movimiento de la mano de su esposo sobre intimidad y sin embargo pronto recupera la razón al saberse donde se encuentra.

—Ita... aquí no— murmura apenas audible y entendible, su cuerpo sufre espasmos por el placer que la mano de su esposo le proporciona.

Itachi retira las manos del cuerpo de su esposo, para luego mirar hacia los lados buscando alguna persona o cámara, libre de sospechas agarra la mano de su esposo y lo arrastra al interior de uno de los vestidores. No deja hablar a su marido cuando lo toma de las mejillas para arrebatarle el aliento con un intenso beso.

Naruto sumiso abre la boca dejando que la lengua de su marido explore su cantidad bucal uniéndose a la guerra de lenguas por la búsqueda del dominio. Escucha el sonido obsceno de succión cuando ambos se separan para tomar un poco de aire.

—y tiene un mal diseño— jala uno de los tirantes y la prenda con facilidad cae al suelo, Naruto se siente avergonzado al verse expuesto ante la mirada lascivia de su esposo. — ¿crees que correre el riesgo de exponer a mi esposo?.

Antes de que el rubio pueda protestar vuelve a besarlo, el menor rodea el cuello del mayor con sus brazos y con ayuda de un pequeño brinco, sus piernas rodean la cadera de su cónyuge.  Itachi no duda en arrinconar lo contra una de las paredes cercanas.

Naruto hecha la cabeza hacia atrás dejando su cuello expuesto e Itachi no duda en recorrerlo y adornarlo con besos, chupetones y lamidas. Aspirando el aroma a vainilla que su esposo desprende, un rico aroma que lo vuelve loco. Naruto atina a morderse los labios para no gemir, solo emite algunos suspiros de placer.

La tentación de tenerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora