Los accidentes pasan, tal y como lo fue éste.

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Pasaron las horas de haber dejado la cafetería para dirigirnos a un parque no muy lejos de ahí.
Me puse a mirar a los columpios con mucha ilusión, recordando cuando salía del colegio e iba al parque, enseguida a los columpios.
-¿Por qué no vas y te subes?- dijo aquel que también estaba mirando los columpios conmigo.
-E-eh, bueno- me dirigí corriendo como una niña pequeña hacia esos columpios.

La estaba mirando, tenía una hermosa sonrisa, aquella sonrisa me dejaba hipnotizado al verla.
Miraba cada centímetro de su cuerpo, de pies a cabeza mientras ella se estaba columpiando.

Me sentí tan viva en aquel momento que me monte en ese columpio, dejando ver una sonrisa llena de alegría. De pronto me gire a dónde estaba el alto chico, sentado en una parte del parque mirándome.
-¡Oye!, acércate- le grite llamándole su atención. Aquel se estaba acercando y se puso al lado del columpio apoyándose contra este.
-Te noto un poco solo por allá, por eso te llame- dije mirándolo a los ojos con un poco de timidez
-Bien- esa fue su respuesta
-¿¡Bien!?, ¿En serio?- estaba gritando internamente por su respuesta tan seca y fría.
Aquel se dirigió al columpio que estaba al lado.

Mientras está se bajó de su columpio y se acercó al que estaba al lado
-¿Qué pasa?- dijo aquel mientras miraba mi cara.
Antes de responderle mi mirada se postró en un gran muro para escalar
-Quiero subirme ahí- señalando el muro
-¿No puedes sola acaso?- dijo en un tono burlón. Se paró del columpio y nos fuimos hacia el muro aquel.
-Es muy alto, mi3rda- dije en mi mente, trate de subirme, lo logré. Mientras el otro solo la miraba atentamente.

Ya llegando al punto alto del muro decidí mirar para abajo, me quedé helada, mis manos temblaban de miedo.

-¡Agh!, Mi3rda, ¿Por qué me subí a esto?- dije en su susurro que era un poco audible al que estaba cerca de ahí. Mis manos estaban completamente sudadas
no tarde mucho y decidí seguir aunque tenía miedo.
-¡Yo puedo!- grite en voz alta.
Aquel que escucho mi voz alzó su mirada hacia arriba donde estaba yo.
-¡Ánimos!- dijo el que estaba debajo de mí, riéndose un poco de mi.

Mis manos sudadas no me daban para aferrarse bien aquellas rocas, al final termine callendo del muro.

Aquel se estaba riendo fuertemente de mí, en vez de echarme una mano para pararme.
-¿Estás bien?- dijo aquel que mientras se acercaba hacia la chica
-Si, estoy bien. Vi el piso muy solo y le quise dar una visita- dije sarcástica a su pregunta.
-Ah, okay- dijo el chico quién me estaba dando su mano para poder ayudar a la chica a pararse del suelo.

Aquel me brindo su mano con una mini sonrisa de preocupación. Cuando tomé su mano en eso decidí tumbarlo también así caímos los dos, él encima de mí y yo debajo de él.

-Ay, auch- dije quejándome del golpe que provoque yo misma

Al ver su cara que se estaba retorciendo con poco de dolor, me sonroje un poco dándome cuenta que la tenía acorralada. Sentí la necesidad de acercarme más a aquella que estaba tumbada en el suelo..




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