La atracción.

Deseos.

Se acercó tanto que mis latidos comenzaron acelerar de repente, y mis mejillas ardían. Aquella no se percató de la reacción del más alto y siguió con lo suyo. No sé la razón ni el por qué, pero me desplome en el suelo callendo en la pared recostado. Aquella se acercó a mi tomando mi mano fría, puso sus  dos manos cubriendo la mía. Se sentía cálido el tacto de sus manos, la luna estaba en su mejor esplendor, brillaba como nunca, tal y como brillaban los ojos de la chica que estaba delante mío. Un sentimiento me invadió, quería que ella estuviera más cerca de mi, quería sentir su calor en mi cuerpo. Si así se sentía que solo nuestras manos se junten que sería cuando nuestros cuerpos lo hagan.

Había tomado su mano fría mientras las cubría con las mías, estaba preocupada se desplomó en suelo así sin más. Por alguna razón me quise acercar más el, quería envolverlo en mi ser. Pero me resistí.
La luna estaba iluminado toda la habitación dejando ver la cara esculpida del hombre, su larga cabellera blanca se movía al son de las hojas cuando llegaba la primavera. De pronto el alzo su mirada, sus ojos afilados y tentadores, quiero que esos ojos solo me miren a mi. Al ver su cara, su piel, el es la pieza para completar mi rompecabezas, es perfecto.

La habitación estaba en silencio, los dos se miraban con una mirada tentadora, los dos querían lo mismo.

Aquel jalo su mano dejandola caer encima de él, mientras el simplemente la abraza. No queria hacer nada sin conocer a esta chica.

Sus grandes brazos me enrollaron desde la cabeza hasta la cintura, se sentía bien. Era cálido. Escondí mi cabeza en su hombro  ocultando mi leve sonrojo al acto del hombre. El también dejo caer su cabeza en el hombro de la chica, aquella se sonrojo un poco más por repentino tacto que no se esperaba.

Se sentía bien estar así, era cómodo, era perfecto. Aquel levantó su cabeza del hombro de la jóven, se fijó que estaba durmiendo.
-Oye- dijo en un tono serio.
-¿Que quieres, no ves que tengo sueño?- dijo la chica medio dormida.
-Si, pero no te duermas en mi hombro- dijo aquel separándola  de él.
-Bueno, entonces llévame a mi habitación que está arriba- dijo la chica señalando el lugar.
Aquel asintió y la llevo a su habitación, entro y la dejo en la cama. Ella que aún no estaba dormida totalmente agarro su muñeca.
-Vente a dormir conmigo- dijo la chica en su cama.
Se puso un poco rojo a su propuesta. Si quería pero a la vez no. Aquel soltó un suspiro y se sentó en la cama al lado de ella. Aquella abrazo sus muslos y los uso como almohada. El sin más solo suspiro y se quedó callado.

El sueño le fue ganando y al final se terminó durmiendo con ella en la misma cama, de solo pensar eso se puso rojo. De ser así ella fue la que lo invito a dormir, para poder salvarse si no se llega acordar.
Tomo posición en la cama, estaba del lado del la mesita de noche, de pronto sintio unas manos calidas que rodean su abdomen lentamente. Colocando su mano sobre la de ella, se dispuso a dormir.