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Dazai lo sabía. El pequeño Naru era su hijo, ese niño que concibió con Chūya en aquellas veces en las que estuvieron juntos. No tenía dudas.

Había logrado entrar a la casa y a la habitación del niño, con un molesto Chūya. Pero eso no le importaba, él quería saber cómo era su pequeño hijo, aunque no fuera a revelarle la verdad de inmediato.

Naru ya estaba soñoliento, quedándose dormido con un ligero masaje nocturno que Chūya le hacía en la cabeza antes de dormir.

— Te dije que no entraras. ¿Por qué lo hiciste, Dazai?

— Mami, ¿El señor detective hará pijamada con nosotros?

¿Eh? N-No... Bueno, Dazai sólo quiere conocerte.

Respondió serio, mirando a un sonriente Dazai sentado en la otra orilla de la cama, con toda la confianza del mundo. Naru sonrió, y se esforzaba por mantener sus ojos abiertos, al tanto de la situación. Él admiraba mucho a Chūya y a los detectives en general, en verdad quería presentarse bien frente a ese nuevo Detective, sin saber que era su padre en realidad.

— ¡Hola, Naru-kun! Mi nombre es Osamu Dazai, y soy tu pa-

— ¡Dazaii!

— Está bien. Soy un amigo de Chūya.

El pequeño ojiazul los miraba atento, pero esforzándose por no cerrar sus ojos.

— ¿Tú también vas a encontrar al bebé perdido?

— Claro que sí, Naru. Junto con Chūya haremos un buen equipo. ¿A tí también te gustaría ser un detective cuando seas grande?

— Dazai, Naru apenas salió de su etapa de bebé, es un niño pequeño, tiene cuatro años. ¿Cómo se supone que tendrá ese tipo de pensamientos para el futuro?

— Hmm, podría...

— Yo también quiero ayudar a buscar al bebé perdido. ¿Puedo ayudarte a tí y al señor Osamu detective a buscar al bebé Akugatawa?

— Es "Akutagawa" y llámame "papá o papi". Y no, no puedes ayudarnos.

Respondió Chūya con autoridad, provocando lágrimas instantáneas en el niño. Dazai sabía que la misión en la búsqueda de un menor desaparecido, o cualquier tipo de misión, era bastante peligrosa, pero no pasaría nada si trataba de jugar con un niño a una investigación que no se esté llevando a cabo en realidad, ponerle un juego de detectives y hacerle creer que es el caso en cuestión.

El castaño tomó al niño en brazos y lo alzó frente a él, apreciando lo muy parecido que eran, a excepción del color de ojos.

— Eres igualito a mí. ¡Eres tan guapo, Naru!

— ¡Oye! ¡Detente! ¡No tienes permitido dentro de mi casa...!

— Naru, yo también soy tu papá, y te doy el permiso de jugar a los detectives. ¿Está bien?

Los ojitos llorosos de Naru se iluminaron, dejando ver su color más resplandecientes de lo que ya eran. Bostezó.

— ¡¿Por qué lo hiciste, idiota?!

— Estoy en mi derecho. Naru es mi hijo, no tengo ninguna duda, es igualito a mí. Aún no entiendo porqué me lo ocultaste todo este tiempo.

Hubo un silencio de segundos dónde ninguno sabía que decir, hasta que...

— Vamos a dormir los tres en mi cama.

Murmuró Naru. El corazón de Chūya se aceleró con sólo pensar que podría compartir cama nuevamente con el chico que siempre ha amado; en cuanto a Dazai... Él miraba esto como una segunda y a la vez primera oportunidad, pues aquellos momentos sólo fueron de pasatiempo y el amor no había surgido tan especial.

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⏰ Última actualización: Jul 31, 2022 ⏰

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