SIDES

1+1 = 2

Llegue a mi departamento agotada física y mentalmente, la filmación se había extendido más de lo esperado y solo me había dado tiempo de tomar agua entre tomas, tenía en mente hornear mis galletas favoritas, el antojo se apoderaba de mi y al final lo merecía por la gran jornada trabajada. Mis pensamientos divagaban mientras comenzaba a preparar los ingredientes, solo meditaba que apenas hace unas horas volví a ver a aquel castaño y lo filmé mientras estaba a centímetros de él y ahora no podía parar de pensar en la situación, tenía muchas preguntas y pocas respuestas. ¿Realmente era casualidad haberlo visto de nuevo? Pero deje el tema de lado rápidamente y centre mi atención en comenzar a preparar la masa.

Hornear no era de mis hobbies favoritos inclusive nunca lo podría llegar a considerar uno, pero de alguna manera lograba desestresarme cada vez que centraba mi atención en una tarea que necesitaba de mi al cien por ciento para poder resultar a la perfección. La cocina es así, 1+1 son 2 y si te pasas un poco y da 2.5 algo ya no sale bien. Todo es ciencia y una persona que cuida hasta el más mínimo detalle como yo, tenía que cumplir las instrucciones al pie de la letra.

— Están deliciosas, como siempre. – gemí para mis adentros mientras disfrutaba de mi creación culinaria que rápido inundó con su aroma mi departamento.

— ¿Será prudente llevarle unas pocas al nuevo vecino y de paso presentarme? – pensé.

Hace casi dos semanas desde que se mudó al piso y no lo había visto ni por error, todo lo que recuerdo es que siempre hacía mucho ruido cuando trataba de concentrarme en mi trabajo, supongo que mudarse le ha costado.

— Creo que no sería prudente, son casi las 11 pm y mañana hay que ir a trabajar, seguro ya estará durmiendo, pero espera... él hace dos semanas estaba martillando a las 9 pm, aún lo recuerdo. Creo que esta es mi oportunidad de regresarle un poco de sus acciones – solté entre risas y me dispuse a a envolver unas cuentas galletas para ir.

Toque la puerta firmemente pero al mismo tiempo temerosa, quizá el vecino me echaría de su departamento por la hora que era o simplemente se abstendría de abrirme. No se escuchaba ruido en el interior probablemente estaría dormido o no se encontraba en casa. Así que toqué una última vez pero nadie abría, me di la vuelta para caminar hacía mi departamento pero escuché la cerradura abrirse...

— Son casi las 12 am ¿Qué horas son estas de tocar la puerta? - terminó de decir mientras tallaba sus ojos luchando con la luz del pasillo para poder ver mejor.

Y ahí estaba él... una vez más. Esto tenía que ser un chiste divino o una trágica comedia ¿Cómo es que aquel castaño que reapareció en mi vida hoy hace apenas unas horas, ahora era mi vecino? Debo de estar soñando o probablemente teniendo una horrible pesadilla. Esto ya sobrepasaba el límite, una vez es coincidencia pero dos ya es una alerta.

— ¡¿¿Otra vez tú??!, esto tiene que ser un chiste, ya dime por qué haces todo esto ¿Estás siguiéndome?, No es gracioso –grité exaltada en aquel pasillo.

— Primero que nada buenas noches y segundo: no, no te estoy siguiendo ¿por qué consideras que el mundo gira entorno a ti?, simplemente rentaban el lugar y me mudé a este departamento y listo. – soltó con desinterés mientras bostezaba.

— No me digas, ¿y eso fue exactamente antes o después de que entrarás a mi departamento aquel día? – dije a la defensiva.

— Antes, cuando entre a tu departamento aún no estaba familiarizado con el piso y como podrás notar todas las puertas son iguales, así que toque desesperadamente al azar porque no encontraba mis llaves y no quería recibir a una visita que justo llegó en el momento en que yo tome el ascensor, es por eso que decidí esconderme y tú me abriste y en un momento de desesperación entré, solo tomé 5 minutos de tiempo y lo demás es historia, creo que ya lo sabes... ahora si me permites tengo que dormir – dijo entrecerrando la puerta.