Respiré profundo manteniendo la compostura lo mejor que pude. Escucharlo decir eso me ponía ansioso. Nunca se cruzó por mi mente que el notará las marcas que dejaban las constantes reprimendas que me daba mi padre cada vez que lo desobedecía. Sentía una profunda vergüenza por esto porque era parte del pasado que siempre quise negar, pero que quedó al descubierto por algo tan simple. No pude contener las ganas de preguntarle acerca de porque se prostituía así que armándome de valor y temiendo un poco la respuesta dije:
—¿Por qué te dedicas a eso?
Él me miro con los ojos extremadamente abierto, para luego apartarlos bruscamente con pena. Se revolvió incomodo en la cama evitando el contacto visual conmigo a que finalmente, después de un silencio sepulcral habló:
—Fue a causa de mi madre. Ella no es un tema del que me guste hablar, sin embargo, entiendo tu curiosidad por lo que te contaré todo. Si después de eso decides irte, no te detendré.
Continúo hablando con un tono monótono, sin denotar emoción alguna. Como si todo esto fuera la trama de alguna estúpida novela:
—Soy el mayor de 3 hermanos. Mi madre quedó en embarazo de mi a muy temprano edad, por lo que como entenderás no fui deseado, pero en su hogar el aborto era un tabú así que una niña de 13 años me dio a luz en condiciones precarias con ayuda de una partera en una choza en medio del campo. Sus padres como es evidente la obligaron a dejar la escuela para que me criara. Su frustración e ira se descargaron a diario contra mí. Yo, en mi inocencia, no entendía que había hecho para merecer ese trato. Comprendí siendo ya más grande, que no era que hubiera hecho nada, sino que simplemente ella estaba desquitándose de su miserable vida conmigo.
Respiró profundo, tratando de contener las pequeñas lagrimas que empezaban a brotar en la esquina de sus ojos. Apenas una de ellas empezó a fluir por su mejilla la limpió sin cuidado mientras decía:
—Cuando cumplí trece, me vendió a un asqueroso viejo de unos 50 años para que tuviera sexo conmigo. Podrás imaginarte la desesperación que sentí en ese momento. Cada vez que ese hombre me tocaba, temblaba y él parecía disfrutar de mi reacción asustada. Intenté conversarlo infructuosamente y bueno, supongo que entiendes lo que sucedió después ¿Verdad?
Asentí. Para este punto su voz era un hilo apenas audible por lo que me acerque para continuar escuchando su relato. El pareció notarlo porque antes de que pidiera rozarlo con mi cuerpo se apartó violentamente dejando un espacio libre para que pudiera sentarme:
—Por la fuerte conmoción y el dolor que sentía me desmayé. Sin importar eso, el acto fue consumado y apenas terminó recogió mi cuerpo inmóvil devolviéndome a casa de mi madre. Ella me repudiaba por lo que me golpeó brutalmente la cara hasta que desperté. Desde ese momento fui obligado por ella a continuar subastándome al mejor postor para mantenernos. Cuando cumplí la mayoría de edad ya no le era útil, por lo que me echo de la casa y vine a parar aquí. He visto muchos tipos de personas y ya no confío en la buena voluntad del resto.
Al pensar sobre esto recordé el regalo de cumpleaños y su actitud arisca. Pregunté con cautela:
—¿Ese fue el motivo por el cual me dijiste eso aquella vez cuando te regale el manga por tu cumpleaños?
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¿Sólo un juego?
Novela JuvenilEthan Smith es retado a conquistar al chico gay de su clase, Christopher Joung, a cambio de ser recompensado su pasatiempo favorito. En su arrogancia juvenil piensa que será pan comido, pero la cosa no será fácil, él deberá poner a prueba sus verdad...