Nuevamente éramos pareja, estábamos emocionados por estar juntos de nuevo. Nos veíamos a escondidas para que no hablaran las malas lenguas porque dentro de mí, a pesar de que nunca me sentí avergonzado de salir con alguien de mí mismo sexo, nuestra sociedad no estaba de acuerdo con esto. Es aterrador saber que por ser quién eres pueden atacarte en cualquier momento. Vivir con el pánico constante de no regresar a casa al día siguiente. Para mí el amor no debería tener en cuenta el género, no obstante, eso aun es un ideal que cuesta reconocer.
En una de las visitas al apartamento de Christopher me percaté de que en la antiquísima mesita de noche que tenía en su cuarto vi el pequeño libro de tapa amarilla que tenía el regalo que le había dado para su cumpleaños cuando estábamos en la escuela. Lo mire alegremente diciendo:
—Aun conservas el manga que te di aquella vez
Sus mejillas se colorearon en un sutil tono rosa mientras decía:
—Por supuesto, es mi regalo más preciado.
Me acomodé en la cama mientras él terminaba de estudiar para el examen de ingreso a la universidad. Llevaba varios meses que había dejado su trabajo y planeaba estudiar una carrera mientras trabajaba a medio tiempo en una tienda cercana. Apenas terminó se paró frente a mi mirándome detenidamente. Tomé su mano y la besé suavemente. Me sentía feliz de estar a su lado. Lo jale para sentarlo en mi regazo y poder besarlo. Él me detuvo en el acto diciendo:
—Por favor detente, no será bueno si continuamos haciendo esto.
Frené en seco ante sus palabras. Era consciente de que él se sentía incomodo por lo que estaba a punto de suceder, por lo que, sin pensarlo demasiado, me detuve. Mis manos se posaron en su cintura sin moverse más, susurré:
—Comprendo que te sientes mal con esto, así que me disculpo por eso.
Sus ojos se clavaron en mi mientras decía:
—No es eso, simplemente no sé cómo comportarme. Sé que hemos hecho cosas bastante intimas antes, pero el sexo es algo que aún me cuesta. Es verdad que he hecho esto infinidad de veces, pero, sin sentimiento alguno. Ahora estoy muy nervioso.
Frotando la palma de mi mano contra su espalda susurré:
—No tengo prisa, cuando estes preparado lo haremos.
Le di un beso en la boca y lo abracé. Después de eso nos sentamos a ver una película de la televisión. Intentaba no dormirme en el proceso, dado que los últimos días habían sido suficientemente pesado en el trabajo y el estudio. Lo visitaba varias veces por semana quedándome cuando no tenía que madrugar al día siguiente por lo que poco a poco nos fuimos acercando como para pasar de sólo besos a tocarnos mutuamente como lo habíamos hecho en la escuela sin llegar a tener sexo.
Uno de esos días en los que no me pude quedar, tomé mis cosas y caminé dirigiéndome a la puerta. Era una fría madrugada de junio cuando iba de regreso al hotel donde estaba alojado vi de reojo que estaba siendo perseguido por un carro. Traté de no prestar mucha atención al respecto, agarré mis audífonos y me los coloqué escuchando mi canción favorita. Al llegar a la esquina vi que había unos 10 jóvenes conversando alegremente por lo que decidí pasarle por el lado sin mayor problema. Apenas me vieron pasar fui interceptado por aquel grupo. Levanté la vista para mirarlos y pedirles que me dieran paso. En eso alguien se bajó del vehículo detrás de mí ubicándose frente a estos chicos. Fue ahí cuando vi un rostro conocido entre la multitud. Mi corazón pareció detenerse por un instante cuando una sonrisa macabra se dibujó en aquel rostro. Hablo pausadamente disimulando su asco diciendo:
—Por fin te encontré, maldito degenerado. Pensaste que escaparías de mí, pero no puedes. Soy poderoso y tengo gente bajo mi mando que haría lo que fuera para ganarse mi favor.
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¿Sólo un juego?
أدب المراهقينEthan Smith es retado a conquistar al chico gay de su clase, Christopher Joung, a cambio de ser recompensado su pasatiempo favorito. En su arrogancia juvenil piensa que será pan comido, pero la cosa no será fácil, él deberá poner a prueba sus verdad...