Good Hunting ♢Rubegetta Omegaverse♢

♢5♢

Al enmascarado ni siquiera le costó mucho esfuerzo atarle, había venido preparado con cuerdas y con su fuerza no tardo mucho en someterle. El azabache intentaba gritar, con la bola de tela todavía alojada dentro de su boca, pero se detuvo al sentir un cuchillo clavado a un lado de su mejilla. Fue cuando se quedó en silencio y el terror lleno sus pulmones. Asustado miro a los ojos oscuros y profundos de la máscara y era como mirar al mismo vacío.

-No grites. Quieres que te quite la mordaza?-le advirtió su secuestrador-Te la quitare si te portas bien.

Habia una sensación de autoridad en la voz tranquila del enmascarado. Algo en lo que uno debería pensar antes de desafiarlo. Esto enviaba escalofríos por la columna vertebral del omega y estaría loco si no hiciese caso de sus palabras, pero esta podría ser su última oportunidad de escapar.

El enmascarado apreto más fuerte las ataduras que le había echo al azabache. Iba a doler cuando se las quitara. Bueno, si no le lastimaba con dispositivos de tortura antes de eso. Luego procedió a quitarle la mordaza, pero antes de que Samuel siguiera pensase en pedir ayuda, los altavoces del coche se encendieron a todo volumen, con música flamenca resonando. El enmascarado había puesto esa música a propósito, para si el azabache gritaba, nadie escuchara sonidos. Solo asumieran que  había un fan de la música tradicional española conduciendo por las calles y lo ignoraran. Y sin embargo era ironico tener esa música como telón de fondo para un secuestro.

El de máscara luego empujo al azabache al asiento trasero y este se retorcio, tratando de sentarse derecho. Por más que Samuel pateo el respaldo del asiento de su secuestrador para llamar su atención, no sirvió de nada. Este actuaba muy normal, como si no acabara de secuestrar y atar a un hombre en su asiento trasero. Nego con la cabeza con furia. Se sentía tan jodidamente estúpido.

Después de lo que parecieron tres horas, el auto entró en un camino sin pavimentar, rodeado de espesos árboles. Finalmente se detuvo y fue entonces cuando el miedo del azabache se disparo aun más. La puerta del asiento trasero se abrio y el enmascarado lo saco cargado en su hombro, colgado boca abajo. El omega empezó a gritar a todo pulmón, mientras sus puños golpeaban la espalda del contrario.

-Dejame ir! Ayuda!-pero sus incesantes gritos, parecian no ser escuchados entre el frondoso follage, mientras la sangre le subia a la cabeza. Entonces Samuel noto que lo estaban llevando hacia una cabaña en medio del bosque y su esperanza de escapar se perdió por completo.
El de máscara abrió la puerta de una patada y lo dejo en el suelo, en el rincón más alejado de la habitación. Ni siquiera se había molestado en cerrar la puerta, mostrando lo engreido que era. No pensaba que lo atraparian, a no ser que el mismo lo quisiera.

Samuel veía todo a su alrededor, mirando los detalles de la cabaña. Tenia que descubrir donde estaba y poder recordar el lugar. Si saliera de ahí vivo. Eso si, aunque las posibilidades de que sobreviviera ahora las veía escasas. Eso acompañado al jodido presentimiento de que no regresaría.
Había un sofá en la habitación, papel tapiz verde descascarado, una mesa con dos sillas, una cocina adjunta con lo esencial, un refrigerador y otra habitación a la derecha. Las ideas de lo que podría haber en esa habitación hizo que las emociones de Samuel se volvieran freneticas. Estaba viviendo en carne propia una historia de terror.

Mientras el azabache estaba preocupado pensando en las posibilidades en que lo torturarian, no vio lo que Rubius estaba sosteniendo frente a el. Era un collar de cuero con incrustaciones moradas, acompañado de una larga cadena plateada.

-N-No...-gimió al verlo, tratando de alejarse de el, solo para retroceder hasta la pared.

-A que es bonito? Lo vi y pensé inmediatamente en ti Vegetta.

-Q-Que?-pregunto confundido.

-No se por que me recuerdas a un anime que solía ver. El punto es que...-solto una suave carcajada-Creo que te queda perfectamente Vegettita.