Varenna [L.S]

cinco.

Los siguientes dos días no hablo con Louis.

Por eso se sorprendió cuando ese sábado a la noche su prima tocó la puerta de su habitación minutos antes de la cena.

–¡Harry! Vino a buscarte un señor.

–¿Que?

–No lo sé. Dijo que iban a salir.

Entonces recordó.

–¡Louis!

Corrió fuera de la habitación y al parecer el piso estaba lavado porque se resbaló y cayó sentado por las escaleras hasta llegar a la parte de abajo.

–Auch.

–¿¡Estas bien!?

Pregunto su prima que venía corriendo detrás de el y lo levantó con cuidado.

–S-si ¿Donde está el señor?

–En la cocina. ¿En serio estas bien?

Harry asiente y se arregla el cabello mientras camina a la cocina. Se encuentra con un Louis de aspecto refrescante y tranquilo.

–Ho-hola, Louis. Que bonita sorpresa.

–¿Sorpresa? Si te dije que íbamos a salir el fin de semana.

–Si, bueno. Como te fuiste tan apurado la otra noche...

Un silencio incómodo se vuelve presente entre las tres personas en esa habitación. Louis decide sonreír ligeramente y avanzar la conversación.

–Ya hablaremos de eso en mi camioneta, ¿vamos?

–Espera que me pongo zapatillas.

Dice y corre a la habitación de arriba siendo perseguido por su prima.

–¿Como que la otra noche?

–Lo invite a comer.

–¿Lo invitaste a... ¿que?

–Solo por cortesía. Y el me va a devolver el favor hoy.

Sale de la habitación casi que volando y llega a la cocina agitado. Toma del brazo a Louis como esa noche que se besaron.

El mayor abre la puerta del acompañante y Harry entra.

Cuando ya están en la calle todo se torna malditamente incomodo.

–Bueno... lo que paso lo otra noche no debe volver a pasar.

–¿Por qué?

–Vine a Italia a descansar.

–¿Te doy problemas?

–No. Pero no volverá a a pasar.

Harry muerde sus labios negando como si Louis estuviera diciendo algo tonto.

–Si tu lo dices.

–Te saque a cenar porque tu me invitaste a cenar.

–Y es una cita.

–Es una cita. Pero será la última.

Ninguno de los dos se creyó ninguna de las cosas que estaba diciendo el mayor.

🫀

La fiesta estaba recién comenzando pero ellos decidieron comer primero. Se sentaron en un bonito restaurante con mesas fuera y ordenaron pizza vegetariana.

–¿Ya habías venido aquí?

–A veces vengo. La pizza es buena.

–¿Hace cuanto- ¡hey! Yo siempre hago las preguntas. Te toca.

Lo ve reír y pensar durante unos segundos hasta que se le ocurre algo.

–¿Que estas estudiando?

–Estoy en artes. Bueno... comienzo este año.

–¿No dijiste que tenias diecinueve?

–Si, pero los cumplí hace unas semanas.

–Eres tan pequeño...

–No exageres.

Cuando trajeron la pizza el mesero le pidió su número a Harry. Este enserió que no lo recordaba así que el mesero solo se fue. Pensó que Louis se pondría aunque sea un poco celoso.

Pero este solo sonrió y comenzó a comer su pizza.

Cuando Louis pago la cuenta y salieron a la plaza ha ia mucha gente bailando con el sonido instrumental que sonaba en unos grandes parlantes. Habían luces titulares colgadas por todas partes y todo parecía muy animado.

Harry no lo pudo evitar y sacó a bailar a Louis arrastrándolo hasta la pista. Puso las manos del hombre en sus caderas y comenzó a moverse.

Tenia los ojos del mayor sobre el mientras se movía. Así que se acercó y pasó los brazos por sus hombros para robarle un beso.

Louis lo alejo al instante soltando todo agarre entre ellos. Pero segundos después tomo a Harry por las caderas para presionarlo contra el y comenzó a besarlo con intensidad.

Había lengua, dientes y suspiros entre ese beso. Louis en ningún momento se pasó de la raya con sus manos y Harry se dio el lujo de acariciar su cabello largo.

Se separaron unos segundos después cuando la canción acabó.

Ambos agitados.

–Debo... debo llevarte a tu casa.

Dijo y comenzó a caminar hasta su camioneta siendo seguido por Harry. Cuando se suben el menor sonríe burbujeante por el beso.

–¿Y si mejor vamos a la tuya?

–No, Harry.

–Vamos, Louis. No te hagas el duro.

–No.

El menor bufa y apenas la camioneta para frente a su casa el menor se baja enfadado, azotando la puerta en su salida dramática.

El mayor no tardó tanto en irse dejándolo solo con su rabieta.

Llego a su habitación y se durmió enojado.

La cita terminó bien.