Empieza el dolor

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Al transcurrir las semanas Lucía, se llevaba tan bien con los nuevos amigos que su primo Hunter le había presentado que ya no sentía nervios al estar sola con ellos. Pero Lucía siempre se preguntaba por qué quería estar y pasar más tiempo con Amelia.

Lucía no podía negar que la peliverde era la más bonita del grupo, también tenía unos ojos y una sonrisa tan bonita que era imposible no notarla, sin mencionar que era agradable estar con ella ya que era muy simpática y  amable.

Después de muchos días transcurridos, hubo uno en especial en el que Hunter, Gus, Viney y Boo no se presentaron en la escuela, esto solo dejó a Amelia y a Lucía, las dos personas restantes del grupo que habían ido a la escuela.

En el receso las dos se preguntaban qué habría pasado y por que los demás no habían ido a clases, aún así ellas se hicieron compañía y comenzaron a hablar.

-Amelia, te traje un dibujo no se si te guste pero es uno de los que ya les había mostrado la última vez-, dijo Lucía.

-Wow, Lucía esto es genial, estás segura que quieres darmelo?-, Amelia pregunto con asombro.

-Claro que si, lo traje especialmente para ti Amy-, dijo Lucía sonrojándose un poco.

El receso transcurrió bastante rápido y las dos volvieron juntas a clases, pero en la mente de lucia solo rondaba las preguntas, -Por que quiero estar siempre con ella?, ¿Por que siento que mi corazón late más rápido cuando estoy con ella?-.

Al término de las clases Lucia se fue como de costumbre, no sin antes despedirse de la peliverde, lo cual le bastó para estar feliz todo el día.

Una vez en casa de su abuela, Lucia fue a buscar a Hunter para contarle lo maravilloso que había sido su día y entregarle la tarea que tenían que hacer.

Lucia no sabía por qué tenia este tipo de sentimiento hacia ojidorado, lo único que su corazón le decía era que ella necesitaba hacer todo lo posible por seguir a su lado y protegerla de todo.

Un amor sin futuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora