Vida feliz

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Lucía por fin se sentía cómoda en la escuela, tenía amigos y a Amelia, ella era la luz de Lucía, la quería demasiado así que hacía todo lo que ella le pidiera.

Durante la temporada de exámenes y entrega de calificaciones todos estaban bastante estresados pero de igual manera siempre había espacio para salir y divertirse, aunque estudiar también hubiera sido bueno.

En la entrega de calificaciones, la morena y la peliverde fueron con su maestro de Geografía el cual era conocido por tener una actitud muy accesible, cuando las dos le preguntaron cual era su calificación, él las buscó en la lista y les respondió, -Lucía y Amelia, Mmmm tienen 5-.

La dos adolescentes se quedaron heladas, no sabían cuánto habían sacado en el examen, pero si sabían que durante las clases del profesor eran las que más se distraían y hablaban.

Las dos chicas le preguntaron al maestro que podían hacer para subir su calificación, (no malpiensen las cosas, esta historia es sana y para todas las edades), el maestro un tanto pensativo les contestó, -tráiganme una caja de colores cada una y les subo su calificación-.

Ambas asintieron estando de acuerdo y la llevaron al día siguiente, el maestro un tanto misterioso les comentó, -No le digan a nadie de esto, las dos tienen 10-.

La peliverde se emocionó mucho al igual que Lucía, al salir del salón Amelia le pregunto a la morena , -¿por que nos habrá puesto 10, solo con traerle una caja de colores-.

Muchos no lo sabían, pero Hunter y Lucía venían de una larga familia en la que todos eran maestros, así que era de esperarse que sus maestros tuvieran muy bien identificados a esos dos niños, a los cuales la gente siempre les tenía grandes expectativas.

Lucía decidió contarle a la ojidorado por que el maestro les puso esa calificación, en ese momento Amelia de la nada abrazó a lucia y le agradeció que fueran las dos juntas, por que gracias a eso habían obtenido las mejores calificaciones de la clase.

Lucia estaba realmente asombrada por ese abrazo inesperado que también le correspondió a la peliverde, luego de eso las dos se fueron a clases y siguieron con su día.

Aunque cierta persona pudo percatarse de la felicidad en la cara de lucia, pero quien más era esa persona que su primo Hunter, que le hizo una seña para que se sentara a su lado y poder hablar del por que habían tardado tanto en regresar ella y la peliverde.

Un amor sin futuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora