Capítulo 17

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Maraton primera parte.

Corban y su cambio.
IRINA

Hoy tenía que hacer muchas cosas, como reorganizar mi agenda, ya que en unos días me voy a Italia por la celebración de la empresa de Alessandro. Por fin podría verlos a todos, los extrañaba muchísimo.

Después también tenía que mirar las obras en la casa de España, una vez termine el contrato que tengo con Ezio, me iré a España a vivir.

Se que cuando Corban se entere va hacer una de sus rabietas, todo será legal, Apolo me ayudará.

-Señora tiene una visita del señor Apolo- dijo mi secretaria por el teléfono.

-Siii, hazlo pasar por favor- dije enseguida.

Dos segundos después tenía a un guapísimo Apolo.

-Buenos días hermosa- dijo acercándose- ¿cómo estás? ¿Y la princesa hermosa?.

-Muy bien, las dos perfectas- dije sonriendole.

-Me alegro muchismo, aunque tengo muchas ganas de ver a esa preciosa bebé- dijo más cerca.

Yo me levanté de mi silla y rodee el escritorio para darle un abrazo.

-Que Corban no se de cuenta que estoy aquí, me ha prohibido la entrada a la empresa...

-¿Como?- Corban es idiota.

-Tuve que llamar a Ezio para poder pasar, el imbecil de mi amigo me prohibió la entrada- dijo suspirando.

-Bueno por lo menos te dejaron, hablaré con Ezio- dije sonriendole.

El me miró fijamente y después su mirada bajo a mis labios.

-Que pasa...- dije en un susurro.

-Irina me gustas- dijo tocando suavemente mi mejilla- me gustas mucho- yo iba a decir algo hasta que sus labios, tocaron los míos, el beso era demasiado tierno.

Nos besamos durante dos minutos hasta que fuimos separados bruscamente. El movimiento fue tan brusco que pude agarrarme del escritorio.

-Esto es para que no te metas con mujeres ajenas- dijo Corban dándole otro puñetazo a Apolo.

-¡CORBAN, PARA!- intente alejarlo de Apolo pero el tenia más fuerza, no llegue ni a movelor ni un centímetro.

-Maldito imbecil, por eso te prohibí la entrada a mi empresa- dijo dándole otro puñetazo.

-Por favor; déjalo Corban- dije, estaba entrando en shock, Apolo tenía bastante sangre al rededor de su cara, con los nervios a flor de piel; escribí un mensaje a Ezio, ojalá lo vea pronto.

-Esto por no alejarte de mi hija- seguía golpeando, iba a coger algo del escritorio para golpearlo pero la puerta se abrió de golpe y entraron los guardaespaldas que mi amigo contrató y los separaron, bueno más bien separaron a Corban, ya que Apolo estaba en el suelo con mucha sangre.

El jefe de seguridad; se agacho para tocarle el pulso a él.

-Esta vivo, pero el pulso muy débil- dijo en ruso mirando a sus hombres- llamen a la ambulancia- dijo mirándolo a ellos y después a mi- ¿Esta bien señorita Irina?- yo con miedo aún me puse a llorar aún más.

-Yo si, pero mi amigo...- dije aún aterrorizada.

-Su amigo estará bien, ya vendrá la ambulancia, al señor Corban lo llevamos a la sala de al lado- dijo mirándome- usted debe de tranquilizarse.

Sin más sali a donde estaba el energúmeno de Corban, entre a la sala y el estaba con la mandíbula tensa y mirando hacia la ventana.

-Sabia que eres una bestia- dije mirándolo.

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