Detrás de un libro [TERMINADA]

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- Mire señor Bernal, mi libro que habla sobre ustedes está siendo un rotundo éxito, y mis jefes me están pidiendo otro, ¿No es genial?

- Lo es señorita.

- Disculpe mi atrevimiento, pero lo noto algo extraño, ya no habla como antes conmigo ¿Qué es lo que ocurre? ¿Acaso le he dicho algo malo? Perdóneme si fue asi

Habían pasado algunos meses desde su mudanza, los demás sustos la visitaban constantemente, incluso podía asegurar que algunos duendes vivían en el pequeño jardín que tenía a su cuidado, todo iba bien con la publicación y venta de sus libros, aunque el tema de su amigo Herneval seguía igual, incluso podía asegurar que se había esfumado de su vida, si no fuera por los sustos que la cuidaban además del vampiro que habitaba su casa.

- Las cosas en nuestro mundo se volvieron un poco tensas.

- Ese día llego ¿No es así?

- Me temo que sí, todos saben que firmó el contrato y querrán ir por usted lo más antes posible, el príncipe lleva una semana desaparecido, por lo que, solo es cuestión de tiempo para que los sustos pidan que usted tome el lugar que prometió tomar.

- Ya veo, durante todo el tiempo que paso, pensé que tendría más tiempo para poder disfrutarlo siendo humana.

- ¿Qué hará señorita?

- Supongo que daré mi verdadero nombre a la sociedad junto a mi género y después de eso me iré contigo.

- ¿Está segura? Aún podemos buscar la forma de que siga teniendo su vida humana tal cual esta.

- No es necesario, yo me metí en este problema sola, debo asumir mis responsabilidades como se los prometí.

- Esta bien, son las nueve de la mañana, la convertiré a medianoche si no es que quiere hacerlo antes.

- Es tiempo suficiente, quiero disfrutar lo que me queda siendo humana.

- Con su permiso.

El susto se convirtió en varios murciélagos que emprendieron vuelo rápidamente hacia el bosque cercano a su hogar, posiblemente se dirigían al reino de Herneval para organizar lo que faltaba, por lo que Hebe decidió hacer lo mismo, se vistió con las ropas del género opuesto al suyo que ocupaba normalmente, escondiendo su cabellera de tal forma que pareciera un chico con ayuda de su sombrero.

- Bien Be, te preparaste por varios años para esto, eres una jovencita valiente que no se deja pisar por nadie, en especial por aquellos que dudaron de ti.

Escribió y envió una carta lo más rápido que pudo a su editorial, para que realizaran una reunión de emergencia, en ella explicaba que daría una conferencia sobre su libro y al final se llevaría a cabo un anuncio muy importante para todos sus lectores.

- Solo espero salir ilesa de esto.

Tomando su pluma favorita, casualmente la que le había regalado su amigo alado en épocas festivas, y su libro de notas, se encamino rápidamente al lugar del encuentro, con el tiempo de caminata y de espera, sabía que sería tiempo suficiente para preparar el lugar, se sentía temerosa de la reacción de las demás personas, si se ponía a pensar detenidamente, ellos eran los verdaderos monstruos en el mundo cuanto tenían temor de algo.

- Joven Esteban, que bueno que ha llegado, lo encargado en la carta está hecho y las personas están llegando de a poco, solo debe firmar los libros y un joven le dará la señal para que pueda dar su aviso al público.

- Se lo agradezco mucho.

- Gracias a usted, es muy raro que los autores quieran pasar tiempo con sus lectores.

- No es por nada, simplemente vi el momento, aunque lamento habérselo avisado tan apresuradamente y sin planificación previa.

- No se preocupe, es un gusto enorme que haga esto, aunque si me disculpa, debo ir a arreglar unos asuntos, puede ir a su lugar mientras hacemos pasar a las personas de a poco.

El hombre se alejó ante la vista de la castaña, por lo que siguió las indicaciones y comenzó a realizar su trabajo acordado forzando su voz para que sonara más grave como lo venía haciendo ya hace tiempo atrás, fueron algunas horas, pero no demasiadas, por lo que podía deducir, eran cercano a las dos de la tarde y los que ya habían pasado con ella se reunían detrás del lugar asignado a las firmas. Pasaron las dos últimas personas a su lugar, por lo que se levantó y dirigió a la tarima por indicaciones de un joven empleado del lugar.

- Muy buenas tardes a todos ustedes, les agradezco que hayan comprado mi libro y asistido a este evento de última hora, aunque no solo realizamos el evento por esto, tengo un anuncio que hacerles.

Después de haber dicho eso, la castaña pudo observar como las personas comenzaban a murmurar sobre esto, aunque, cuando la castaña daba indicios de que seguiría hablando, guardaron silencio.

- Lamento haberles mentido por tanto tiempo y agradezco que hayan comprado mi libro bajo el seudónimo de Esteban, sin embargo ... - La castaña tomo su sombrero y se lo saco, dejando ver su algo larga cabellera castaña, además de dejar de forzar la voz para que sonara más grave de lo normal. - Mi verdadero nombre es Hebe Rosales Quintero y les agradeceré por siempre la oportunidad que me dieron al leer mi libro.

Pronto los gritos y los murmullos no se hicieron esperar entre la audiencia pidiendo una explicación, e incluso de las personas que pasaban por el lugar, pero sin duda el grito de una persona en específico era la que resaltaba entre todas, ella lo podría reconocer incluso si estuvieran entre un mar de gente, era su hermano quien la llamaba.

- ¡Hebe, soy yo, Lucas! ¡Hebe!

A pesar de los constantes gritos de la gente y mayormente de su jefe por una explicación, pudo salir del lugar sí que nadie la siguiera y comenzó a correr como pudo hacía su hogar, evitando puestos ambulantes y una gran cantidad de compradores. El alivio en su rostro fue perceptible cuando pudo divisar la puerta de su hogar, por lo que no se hizo esperar su intromisión repentina a dicho lugar asustando a algunos sustos que se encontraban en el hogar.

- Señorita ¿Se encuentra bien? ¿Le hicieron daño?

- Bernal creo que he cometido un grave error.

El susto estaba a punto de inspeccionarla para ver si no estaba herida, además de preguntarle por qué había dicho aquello, hasta que unos golpes en la puerta junto a una voz lo detuvieron, respondiendo sus dudas al instante.

- Ya valimos.