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Aunque Hebe había disfrutado su fiesta de cumpleaños junto a sus amigos, debía aceptar la realidad, su mejor amigo, el chico que le gustaba ya tenía a alguien y no era ella, asi que debía seguir con su vida aunque le doliera hacerlo, ya habían pasado dos días desde aquel suceso y estaba preparada para mudarse de lugar, sabía que su familia la seguiría buscando, o eso le habían dicho sus amigos, por lo que, debía tener mucho cuidado con su apariencia o al menos con la información que se filtraba sobre ella ahora que su libro había sido publicado.

- Muy bien, ya llevo mis libros, mis plumas, mi ropa...

- ¿Es necesario esto Be?

- Claro que si señorita sirena, mi nuevo empleo está un poco lejos y me pidieron que me acercará a él.

- Tenía tiempo que no me llamabas asi ... dime ¿Qué tan lejos?

- ... puede que al otro lado de la ciudad o un poco más, a 2 horas de aquí.

- Todo esto es por el príncipe ¿No es así?

- No.

- Be, él regresará y todo será-

- Nada será igual que antes ... lo vi con una chica la noche de mi cumpleaños, sé que solo querían protegerme, pero ya no puedo más con este sentimiento, duele saber que el chico del cual estaba enamorada desde hace tiempo esta con alguien más, pero aún asi soy feliz por él ...

La peli-castaña comenzó a derramar lágrimas silenciosas, su pecho le dolía cada vez más al recordar esa escena tan dolorosa, al estar tan sumida en sus pensamientos se asustó cuando sintió el tacto de su amiga, quien la consolaba con un fuerte abrazo.

- Oh cariño, no queríamos hacerte daño, pero con el simple hecho de no contarte la verdad, todo esto te daño aún más, lo sentimos, enserio perdónanos Be.

- No es su culpa...

- Claro que lo es, si tan solo te lo hubiéramos dicho, nada de esto estaría pasando, no de esta manera.

- ¿Desde cuándo? ¿Desde cuándo sabías de ella?

- Sabes que el príncipe es un susto muy poderoso y debe asustar en persona para alimentarse mejor que nosotros, contigo fue diferente, sabíamos que te tenía mucho cariño desde que él no era más que un pequeño susto, pero...

- No fue lo que pregunte.

- ... desde que es un niño, pocos días después de conocerte.

La castaña no pudo aguantarlo más, su impresión fue tanta que tuvo que sentarse en su cama vacía, ahora todo tenía sentido, los días sin visitarla, la sonrisa que aparecía en su rostro de la nada, sus cambios de humor, el ligero olor de perfume sobre él.

- ¿Es cierto?

Los sustos escondidos entre las cosas de la joven humana observaban con tristeza como esta sufría con cada palabra que salía de la contraria, esa era una de las razones por las que no querían decirle nada, les gustaba ver su sonrisa cada vez que hablaba con ellos.

- Todos pensábamos que solo sería un simple capricho de curiosidad el asustar a esa chica, creímos que tal vez le interesaba utilizarla para que hubiera muchos más sustos, que tontos somos ... pensándolo bien, cuando comenzó a distanciarse de ti no nos dimos cuenta de que esa clase de acercamientos no eran los de un susto normal, solo ... solo eso te puedo decir mi niña, solo queremos lo mejor para ti.

- Ya veo, por lo que pude observar esa noche, la chica se muestra muy alegre y es bonita, solo espero que sean felices y que el realmente pueda ascender como el gobernante que tantas veces me dijo que quería ser.

- Mi niña...

- No iré con mis padres por un corazón roto, aprendí que si quiero seguir con mi meta principal debo hacerlo sin ellos, seguiré mi sueño hasta la muerte, si él quiere buscarme, está en su derecho, pero no quiero que le digan donde estoy.

- De acuerdo, como un susto que ha vivido demasiado tiempo en la Tierra, solo puedo aconsejarte que no siempre es bueno huir de tus problemas y mucho menos de sentimientos que te hacen daño.

- No estoy huyendo querida amiga, solo quiero curarme lejos de quien me ocasiona este sentimiento amargo, nunca podría abandonarlos, no a ustedes, porque se han convertido en mi familia.

- ¿Podremos verte?, es decir, solo si quieres...

- Claro que sí, mi hogar está cerca de un lago y un pequeño bosque, seguiremos viéndonos, puedes decirles a los demás sustos, pero siempre recuerda que a él no le puedes decir nada.

- De acuerdo, te deseo un buen viaje amiga, eres y serás siempre la única humana capaz de ablandar el corazón de un susto, eres especial Be, nunca dudes de ello.

- Gracias.

La joven comenzó a derramar cada vez más lágrimas, necesitaba a su querido amigo ahora mismo más que a nadie en el mundo, pero en lo profundo de su corazón sabía que eso ya no sería posible. Ahora tenía a más de un amigo, y cada uno de ellos darían hasta lo imposible por verla feliz, ellos seguirían dándole su reporte al príncipe como se les había ordenado, cumpliendo la promesa del pequeño corazón roto, ocultando su verdadero paradero hasta que se dignara a verla en persona como había prometido hace años.

- Ahora ve, que se te hará tarde.

- Si, hasta luego sirena, despídeme de los demás sustos y de Sir Kelpie por mí, por favor.

- Claro que sí, nos veremos pronto Be.

La castaña tomo su maleta y comenzó a alejarse de la vista de la contraria, se dio vuelta en su lugar observando el interior de la casa, tantos recuerdos encerrados en aquella casa, pero los humanos necesitan sanar, y eso ella lo ha visto a lo largo sus años, sería el apoyo que alguna vez su mayor lo fue en algún momento hacía la pequeña protegida que tenía por amiga.

- Vaya, asi que si se fue.

- ¿Qué es lo que quieres aquí Bernal?

- Solo quería comprobar lo que algunos sustos murmuraban mientras revisaba la zona, decían que la pequeña musa se iría de la casa humana del príncipe.

- ¿A ti qué con eso? no no no, ni si quiera lo pienses.

- Cálmate, es solo una chica más, pero debo decir que, si llamo mi atención, no la convertiré, eso sería rebajarme al nivel de los de mi especie, quiero discutir un tema importante con ella.

- Si tan solo le intentas poner un dedo encima-

- No sería tu problema, regresa al charco del que saliste, yo aún tengo el trabajo de cuidarla, asi que no te entrometas en mi trabajo y yo no haré lo mismo con el tuyo.

El hombre se convirtió en oscuridad, dirigiéndose hacia la nueva casa de la humana antes de que el sol saliera completamente, aunque este fuera su trabajo, genuinamente quería protegerla al saber lo que el príncipe le había hecho, nadie quería contarle a la castaña sobre el nuevo matrimonio entre los sustos y eso sería lo mejor por el momento, no querían que su trabajo se viera comprometido ahora que estaba en el punto más alto de la fama entre la sociedad, no se atrevían a arrebatarle lo que tantos años lucho por tener, sabía que había sacrificado parte de su feminidad para lograrlo.

Se acomodo en una de las esquinas de la sala del nuevo hogar de su protegida, donde el sol no pudiera darle o siquiera acercársele y espero pacientemente a que la chica llegará, sabía muy bien que tardaría un rato en llegar, por lo que se quedó dormido repasando las palabras exactas con las que podría comentarle la propuesta que quería ofrecerle, evitando que esta saliera corriendo cuándo terminará de hablar.

Detrás de un libro [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora