No vayas

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-Buenas noches chico. -Dijo Wilfred mientras se alejaba.

Yo intenté dormir, pero... Cuando la luces se apagaron y el silencio volvió, una inquietud renacío en mi interior, una duda que nublaba mi razón, una extraña sensación recorría mi cuerpo y mis lágrimas salían corriendo, me sentía triste, pero no por lo obvio, tenía miedo, pero ya había tomado la decisión, tenía que avanzar porque no tenía un lugar en cual parar, me obligué a tomar una decisión porque no tenía otra opción y aun si, sentí como partes de mi determinación sucumbían al temor, mientras otras con manos desgastas se aferran a la nada, alentadas por la esperanza.
En ese momento me preguntaba "¿Por qué cuándo pienso en ti, siento que soy capaz de todo, pero es solo abrir los ojos y vuelvo ser tan ligero y pequeño como una mota de polvo que se pierde en el todo?"

Mas aun con todo eso llegué aquí y fue por ti, pero si en el fin no te encuentro, no sé que será de mí, sino eres tú a quien encuentro, espero que sea la muerte quien me reciba con los brazos abiertos.

En medio de la madrugada escuché un grito, era Wilder el cual decía.

-Chico, ven a ver esto.

-¿Dónde estás? -Pregunté un poco confundido.

-Aquí arriba, ven rápido.

De camino a las escaleras tropecé con una de las mochilas de Wilfred, estaba apagado entonces no vi nada, solo seguí, una vez estando allá arriba Wilfred me dijo.

-Mira, el paso de Taiconda.

Dos inmensas montañas se alzaban de la nada y sin tocarse, en medio de ellas un estrecho y misterioso camino se habría paso.
Un camino donde todo cambió.

-Es increíble, pero ¿El Armeran entrará por ahí?

-Sí, no parece, pero ya lo he hecho antes, aunque se dura un poco más.

-¿Después de pasar esto llegaremos al centro de Akami? -Pregunté muy emocionado.

-Sí, cuando lleguemos te enseñaré como es todo allá e iremos a mi restaurante favorito para que pruebes todo las delicias de Akami.

-¿ En serio señor? Muchas gracias por todo, de verdad.

-No hay de que chico, pero no me digas señor.

-Lo siento. -Dije un poco nervioso. -Wilfred.

-¿Si chico?

-¿Qué significa eso del infierno Blaserial?

-Ah, si es cierto se me olvidó contarte de eso, bueno prepárate que esa es otra gran historia.
El infierno fue el lugar creado por los Fundamentos para contener las malas almas, todo aquel que haya causado mal al universo, este a su vez se divide en 3 capas.
La primera y las más nueva, fue creada y nombrada por un hombre, El infierno de Umbrug, los atavicos decían de Umbrug "pobre del que no termina siendo ni uno ni aquel, pobre del hombre que lo único que bien conoce es nombre, tan inconforme por la duda, baila entre el cielo y el infierno, luchando de día y sumergiendo por las noches su alma en agonía"
El infierno de Umbrug o también conocido como el cielo de Umbrug, es el lugar de los tibios y los indecisos, es un lugar compartido entre el cielo y el infierno, es decir ese lugar cambia cada cierto tiempo en ocasiones es una bendición y otras uns desgracia, es un castigo y también es un alivio, sienten en carne propia lo que vivirían eternamente sin tan solo así lo hubieran decidido.

-¿A qué se refiere con tibios señor?

-Se refiere a esos que nunca fueron buenos ni tampoco terminaron siendo malos, aquellos que en su ser estaba hacer el bien, pero siempre vivieron condenados a sus errores. Bueno después de eso sigue el infierno Blaserial, este es la capa con más castigos, quien los crea es un demonio llamado Blaserial, se dice que Blaserial antes era un mortal que siempre estubo cercano y provocando al caos, que borró y consumió a todos los que alguna vez los dejó ver sus pasos, orbitó los más temido, infundio miedo y odio con tan solo a ver existido.
Este es lugar de la mayoría de los que habitan el infierno, las razones por las cuales llegaron ahí varían, pero todos sufren un castigo parecido al mal que ocasionaron estando vivos, de aquí vienen mis paredes y la arena explosiva de este Armeran.
Y por último está el Malcrento, donde solo hay un castigo y es un eterno Destento, lugar de los imperdonables e injustificables.

Un salto al fin del mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora