CAPITULO 3

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—¡Mamá!— grite desde mi habitación.

—Y ahora qué sucede Ruby.

Caminé hacia el comedor de la habitación y abrí mi maleta allí.

—¿Viste mi traje de baño?— pregunte con las manos llenas de ropa por andar revolviendo las cosas de mi maleta.

Supuse que ella no iba a saber pero preferí preguntarle. Capaz que lo deje colgado en casa, en el armario, en el secarropa, quien sabe. Era un lindo traje de encaje negro con unas estrellas muy sutiles. Realmente me gustaba mucho, suelo tener inseguridades con mi cuerpo así que odio comprar ropa. No quiero ir a la tienda por un maldito traje pero el día es divino y quiero ir a la playa.

—Lo mandé a lavar hace días— dice mi madre luego de ver mi cara de sufrimiento— ve a comprarte otro.

—Es fácil decirlo— termine de decir y salí con el dinero en mis manos.

Eran las horas del almuerzo y yo estaba enfrente de una tienda llena de trajes de baño. Me siento muy dramática, suspire y entre. ¿Acaso tan chico era este lugar?.

—Hey, hola Ruby— dijo Estefany.

—¿Ruby?—dijo una chica morena.

—Hola— dije con media sonrisa.

Ellas se dirigieron hacia mí.

—Busco trajes negros.

—Ve al probador, te pasaré los que te quedan lindos— dijo con una estúpida sonrisita.

Pase al probador, me quedé en ropa interior mientras Estefany me pasaba cinco trajes diferentes. Yo iba probando uno por uno, eran un asco,¿me lo había hecho a propósito? o su tienda es un maldito desastre, quizás sus gustos son el verdadero asco, bueno no tanto, para elegir hombres sabe muy bien.

Hasta que logré encontrar una de dos piezas, sabía que no me iba a sentir a gusto pero le di la oportunidad. De lejos se escuchaban las voces de ambas vendedoras.

—Es que Alex besa tan bien—dice la voz de Estefany.

Como que Alex besa bien, y ¿Dean?.

—Hacen linda pareja.

—Pero ya estoy con Dean, no quiero a nadie más.

Escuché el timbre de la puerta sonar, alguien entró.

—Hola mi amor,¿dónde has estado?.

—Estuve con los del bar— menciona la voz de Dean.

Bien, estoy en una tienda de trajes de baño, la novia que se besa con otro y el que dice que la novia no importa.

Arme valor y salí del probador con el traje de ambas piezas, que lograba dejar ver mi cuerpo aun que tapaba bastante.

—Me llevo este— dije segura mientras vi la vista de Dean.

—Te queda bonito— dice él mientras hace la misma mirada del ascensor.

—¿Te lo llevas puesto?—dice la morena.

—Si

Camine hacia el probador y me puse mi ropa encima, termine de pagar el traje y me fui con los ojos clavados en la vista de Dean pero su novia se dio cuenta y le agarró la cara para besarlo.

Pasado el rato estaba yo media sentada en la playa tomando sol, parecía el día perfecto, sin nenes pasar gritando, sin tirar arena, y sin nadie que joda mi paz mental. Era tan bonito que me di cuenta de la frase lo bonito dura poco, una sombra me tapaba el sol. Abrí mis ojos y obvio quién más podría ser, el jodido vecino cornudo.

—¿Batido de banana? Hace calor—dice y se sienta al lado mio.

—Bien— tome el batido.

—Wow, de nada

—Si, que bueno.

Nos quedamos en silencio por un tiempo como en la cafetería. El solo llevaba unos shorts, dejando que el resto de su cuerpo quede desnudo.

—Y dime, ¿tienes novio?— pregunta con ojos cerrados disfrutando el sol.

—Puede ser que si como puede ser que no.

—Odio el suspenso.

—Hablemos de cómo no ser cornudos, capaz que lo necesitas— dije con tono seco.

—¿Me vas a decir con cuantos se beso Estefany?— me mira fijo—¿te importa si soy cornudo? o ¿te importo yo?

Me levante tomando mis cosas- No me interesas. El batido me lo llevo.

—¿No quieres tomar otra banana?

—Ese comentario espanta a la más necesitada, besitos cornudo— me dirigí a la salida de la playa. Caminé hacia el hotel y allí estaba de nuevo.

—Por qué demonios vas más rápido que yo—dije con un tono de capricho.

Él tomó mi brazo y nos llevo al ascensor.

—Aprende a callarte mas seguido— me soltó mientras que el elevador cerraba sus puertas.Me cruze de brazos mientras sabía que él me miraba. Se acerco a mi.

—Tenemos una relación abierta, así que lo de cornudos es de ambos.

Se acerco mas a mi rostro, agarrándome despacio la cara. Conectamos las miradas.

—Yo no soy una de esas de amor de vacaciones. Ni me conoces.

—Eres muy aburrida— termino de decir mientras el llegaba a pegar nuestros labios pero el elevador se detuvo y abrió sus puertas. Saque a Dean con una bofetada, quería subir una persona al ascensor.

Éramos tres personas en el ascensor, mis hormonas me mataban. Me siento estúpida por dejarme llevar por este imbécil, no me mueve ni el suelo. Pero un beso no se le niega a nadie,¿verdad?.

Unas vacaciones diferentes (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora