CAPITULO 4

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Pasaron dos días después de lo del elevador con Dean. Es el quinto día de las vacaciones y la estoy pasando de maravilla, aunque algo sola pero vamos quien no ama la soledad. Salgo a correr todas las mañanas, bebo mis batidos nutritivos.

Estuve pensando en hablar más con Dean, parece un buen chico, algo atrevido pero eso siempre le da el toque final al pastel. Ayer salí de compras y me compre un lindo vestido corto para salir de noche al bar de la playa donde supuestamente estaba trabajando. El vestido es blanco, sin mangas y con unas tiras que llegan bajo mis hombros, el vestido termina con unos tres volados de encaje. Me llega por encima de los muslos, capaz valla hoy a ese tal bar.

Cuando salí de la habitación me encontré con Dean en el pasillo, para mi mala suerte traía más ropa que otras veces, muy raro de él.

—Hola Ruby— dice mirándome.

—Hola Dean— le respondo con una sonrisa.

—Estás ocupada?

—Bueno, en vacaciones no hay muchas obligaciones, ¿que sucede?—pregunto dudosa.

—Te gustaría tomar algo?

—Claro— respondí con cierta incertidumbre.

Caminamos hasta un restaurante muy lujoso, no había traído dinero y por un momento pensé en que que vergüenza si el tiene que pagar todo.

Nos sentamos en una mesa para dos personas, el lugar era bastante extenso por lo cual las mesas estaban lejos, era imposible poder escuchar la conversación de la mesa de al lado.

—Pido disculpas por lo del ascensor—dijo algo apenado.

—No te preocupes, la culpa fue de la señora— lo mire— nos interrumpió, ¿no?

Él me miró, algo de sorpresa reflejaban sus ojos. Sus ojos eran marrones aunque no ese marrón común, era un color miel muy suave, en ellos se reflejaba también la luz que lograba traspasar las claras cortinas del restaurante haciendo que ese color miel se notase más hermoso.

—Habrá que intentarlo de nuevo, ¿no crees?— dijo mientras leía la carta del menú principal con sus manos venosas y blancas.

Luego de dos horas, comiendo, riendo, bebiendo y pasándola bien. Él me mencionó si esta noche quería ir al bar de la playa, leyó mi mente esta mañana? yo no dudé en responderle que sí.

—Oye no es que me importa, o quizás sí me importa algo pero esto de lo de tu novia— digo con nervios— ¿me tendría que comportar?

—Mira, lo de Estefany y yo no es algo serio, llevamos dos años saliendo así, al principio era como una relación normal de esas que tienes que respetar pero tuvimos muchas peleas de celos así que comenzamos a ser novios con una relación abierta—dijo serio— no somos celosos pero nos conocemos desde chicos y nos volvimos algo posesivos—me mira— en pocas palabras puedes besarme cuando quieras pero piensa que ella es mi novia y si sos celosa no te conviene estar así conmigo.

—Esta bien—trate de poder sacar esas breves palabras de mi boca

—Y si quieres más que un beso, también puedes. Pero no soy de esos mujeriegos, solo no la cagues pensando que te voy a besar a vos nomas.

El pago la cuenta, quería escapar de allí, a las horas volvimos al hotel, mis padres no estaban y Dean me invitó a su habitación.

—Gracias por dejarme pasar.

—No hay de que, bueno asi que si iras a la noche,¿no es así?—dice mientras abre una botella de cerveza.

—Puede ser que si como puede ser que no.

—Adoro tu suspenso pero se que deseas ir.

El se acerca a mi como esa vez, su respiración se mezclaba con la mía mientras que nuestras manos tocaban el cuerpo del otro. Sus manos sujetaban mi cintura y hacía que me acercara más a él, mis manos estaban apoyadas en su pecho. Luego de unos minutos nuestros labios estaban rozando uno con otro, mis hormonas me estaban matando. ¿Será aquella chica de un amor de verano?.

—¿Por qué tienes esas energías?—dice él interrumpiendo el beso.

—¿De qué energías hablas?—pregunto confundida.

Una de sus manos se coloca en mi pelo, mientras sus dedos juegan con un mechón de mi cabello.

—No sos como cualquier chica, y eso me aterra— termino de decir cuando hizo que nuestros labios hagan la misma función que hace unos segundos. 

Unas vacaciones diferentes (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora