CAPITULO 6

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No pude dormir en toda la noche, me quedé pensando en los dulces y suaves labios de Dean. El es el típico chico perfecto que nunca te va a llevar un ramo de flores a la puerta de tu casa, pero es el chico que si te va a cuidar si estás en problemas y va a estar ahí para ti.

También pensé en lo de mis energías, de que energías hablaba o por que piensa que soy diferente a las demás. Pero debo admitir que me halaga saber que no soy de las chicas comunes.

Hoy por la mañana vi un papel bajo la puerta de entrada de nuestro departamento. Es una invitación de parte de Dean.

Buenas noches Sta:

Esta noche estarás dispuesta a ponerte lo más cómoda sin vestidos arreglados ni peinados caros.

Fiesta en mi casa, no traigas bebidas, a ti te prohíbo que bebas a no ser que sea conmigo.

Hoy a las 10pm, te espero hermosa.

                       att: El bartender.

Una fiesta hoy, en casa de el. No sonaba mal hasta que les mencioné esto a mi padres.

Ellos tenían una cena con unos conocidos de este lugar, porque tendría que ir yo a esa estúpida cena que ni conocía a nadie.

—No vas a ir a ningún lado— dice con un tono áspero mi padre.

—Pero papá, ya estoy grande.

—Hija queremos que conozcas a uno de sus hijos— dice muy calmada mamá, en cambio yo parece que mis pelos se acoplan a mis nervios y enfado.

—Bien, iré.

Camine hasta mi habitación, era obvio que iba a ir con un plan bajo mis mangos. La fiesta era a las 10, la cena a las 8. Fácil, pedir comida, hablar como una persona educada y para las 9:50 ya estar acá de vuelta.

Son las 7:50, y ya estábamos en la mesa del restaurante, por que carajos tan temprano. Mis ojos se iluminaron cuando vi a la familia Aukai. Era una familia hawaiana y todos eran tan perfectos. El hijo más que nada, parece un muñeco.

Estuvimos dos horas hablando mientras que mamá preguntaba más ella que yo por matt, matt es el hijo.

Eran las 10:15, mis padres me miraban raro. Mentí que tenía que ir al baño y logré irme del restaurante. Fui al departamento de Dean, había una música muy fuerte. Entré sin tocar la puerta.

Había chicas y chicos bailando, otros bebiendo, un par fumando. Nada raro.

Unas manos abrazaron mi cintura para después sentir unos labios en mi cuello, desde mi espalda sentía un cuerpo pegado a mi.

—Casi me desilusionas hermosa.

—Dean— dije nerviosa con el corazón a mil. El besaba mas mi cuello.

—¿Nos vamos?— preguntó el.

—¿A donde?

Dean tomó mi mano y salimos del departamento. Nos llevó al estacionamiento y nos subimos en su auto.

—¿A donde vamos?—pregunte insistente.

—¿Viste la película After?. El prota, viste su lugar ese el lago.

—¿Viste esas películas?— le pregunté aun más enamorada.

—¿Quién no?, bueno, tengo un lugar así.

El manejo unos minutos, mientras que con su mano derecha apretaba mi muslo izquierdo. Sus manos eran el doble que las mías, él lograba que me sintiera tan pequeña al lado de él.

Cuando llegamos, nos sentamos en el suelo. El agua estaba cálida, el viento suave y el clima perfecto.

—¿Por que llegaste 30 minutos tarde?

—Mis padres organizaron una cena con los Aukai— dije con un tono raro, por que ya le estaba dando explicaciones de lo que hago.

—Y qué más.

—Conocí a su hijo y..

—Y que—su tono serio era tan fabuloso, Ruby imbécil deja de desconcentrarte.

—Y que bueno nada, no pasó nada.

El beso mi comisura. Se levantó del suelo y se comenzó a quitar la ropa, en este momento deseaba que mi profesión sea fotografía. Se metió al agua y cuando dejó que su pecho quedara al descubierto en el viento, su pelo estaba mojado mientras que en sus puntas goteaban ligeras gotas tibias.

—¿Te tengo que invitar?— dijo jugando con su pelo.

Yo me quité la ropa, quedándome en ropa interior y el solo miraba de arriba a abajo. Comencé a entrar de a poco al lago, el agua estaba verdaderamente tibia dejando una bella sensación en nuestras pieles.

Él tomó mi cintura y me pegó hacia él, nuestros labios se unieron con una gran cantidad de deseo por parte de ambos. El vapor salía de nuestros cuerpos, él no dejaba de apretarme más contra el. Sus manos bajaron hacia mi cadera y él despegó nuestros labios dejándome ver una bella sonrisa en su rostro.

Me soltó y se metió bajo el agua.

—¿Dean?— fue lo que pude decir antes de que unas manos agarran mis piernas y me llevasen a lo profundo del agua.

El agua era tan cristalina y cuando abrí los ojos estaba viéndome. Al rato salimos del agua. Nos acostamos en el suelo, mojados y entre risas. 

Unas vacaciones diferentes (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora