Al día siguiente, me levanté totalmente decidido a buscarla. Ir a su casa y hablarle, contarle mis sentimientos, a decirle que me sentía enamorado de ella.
Me dirigía a la puerta de casa para salir, cuando mi madre entraba con una carta en la mano y con lágrimas en los ojos me dijo:
- ¡Es tu hermano Roland, lo han herido!
Mi hermano mayor estaba en el frente, en la guerra, muy lejos de casa. Le dispararon y tuvieron que amputarle la mitad de su brazo izquierdo. Al parecer gracias a él, salvaron la vida muchos de sus compañeros de pelotón, por lo que le concedieron una medalla al valor y lo enviaban a casa, en cuanto estuviese estabilizado y listo para viajar. Así que después de aquella noticia, nos quedamos un poco traspuestos y perdí el valor que tenía para declararme. Pero... Cuál fue mi sorpresa, cuando aquella misma tarde, mientras me asomaba cabizbajo por la ventana de mi habitación, vi a Nassay que venía hacia mi casa.
Bajé las escaleras de un salto y abrí la puerta como si la casa estuviese ardiendo.
- Hola Daniel, ¿te apetece dar un paseo conmigo?
No daba crédito a mi suerte. Yo que me consideraba un lobo solitario, un ser extraño, tal vez diferente a los demás y allí estaba la mujer más bella y deseada del pueblo, solicitando mi compañía. Era increíble, ¿debía suponer que lo que ocurrió en la fiesta fue cierto?
- Por supuesto que te acompaño, hasta el fin del mundo si es preciso. - Exclamé, provocándole una bonita sonrisa.
De modo que comenzamos a caminar dirigiéndonos hacia la orilla del lago. Los dos con la cabeza agachada y la mirada perdida. A la vez dijimos nuestros nombres y le di la palabra a ella.
- Tú primero. - le dije.
- No, tú. - insistió ella.
Y comencé a hablar:
- Mira Nassay, soy consciente de que eres una chica con un futuro muy prometedor y que yo sólo soy un pobre chico adoptado que no conoce ni a sus padres, de modo que comprenderé perfectamente que lo de anoche en la fiesta, no fuese más que un arrebato de cariño o agradecimiento y trataré de olvidarlo, aunque me va a costar mucho.
- Que no Daniel, que no me importa nada de eso. Sé que eres un buen chico y tú no tienes la culpa de tu pasado. Además no estás nada mal. - sonrió pícaramente y continuó.
- Yo siempre me he sentido fuertemente atraída por ti y desde hace tiempo siempre quise decirte algo, pero nunca tuve valor, pues la costumbre es que el chico se declare y no al contrario, eso no está bien visto aquí, pero no puedo más.
Y como si el mundo se detuviese y los pájaros enmudecieran se hizo alrededor un silencio en el que sólo sonó una voz que dijo:
- Te quiero Daniel.
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Otra Vida
RomanceUna obra en la que encontrarás aventuras, risas, sensualidad, una alta concentración de sentimientos y mucho romanticismo. Esta novela terminada en 2005, está basada en hechos reales y vivencias propias adaptadas al relato. Espero de todo corazón qu...